Miles salen a marchar en Brasil en favor de Bolsonaro

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Miles de personas vestidas con los colores nacionales de Brasil, amarillo y verde, se congregaron este domingo en las calles de Sao Paulo, convocadas por el expresidente Jair Bolsonaro bajo el lema de “justicia”. El exmandatario enfrenta cargos que podrían llevarlo a pasar décadas en prisión, debido a su presunta implicación en un intento de golpe de Estado. “Brasil nos necesita a todos. Es por la libertad, por la justicia”, escribió recientemente Bolsonaro en X (antes Twitter), al llamar a sus seguidores a movilizarse por la avenida Paulista, una de las principales arterias de la capital económica del país.

Acusaciones e indignación

La protesta se da en un momento crítico para el exmandatario en el ámbito judicial. Durante una audiencia clave ante el Supremo Tribunal Federal, Bolsonaro negó haber intentado subvertir el orden democrático, en un enfrentamiento directo con el juez Alexandre de Moraes, a quien anteriormente había calificado como “canalla”. El político de 70 años está acusado de liderar una organización criminal que buscaba mantenerlo en el poder tras perder las elecciones de 2022 ante el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva. De acuerdo con la Fiscalía, el supuesto complot incluía incluso planes para asesinar a Lula y a otras figuras clave del gobierno, pero no prosperó por la falta de respaldo dentro de las Fuerzas Armadas. Inhabilitado para ocupar cargos públicos hasta 2030 por difundir desinformación sobre el sistema electoral, Bolsonaro enfrenta hasta 40 años de cárcel por los delitos de intento de golpe y asociación criminal. Sin embargo, asegura que es víctima de una persecución política que busca impedir su regreso en las elecciones del próximo año. “Hay justicia para la izquierda y un estado de excepción para la derecha. Los jueces del Supremo no fueron elegidos y están asumiendo el poder en Brasil”, denunció un manifestante apodado “Julinho Corazón de León”, vestido irónicamente como magistrado y con críticas encendidas contra Moraes, a quien llamó “psicópata”. Las investigaciones se han intensificado en las últimas semanas. A mediados de junio, la Policía Federal pidió procesar a Carlos Bolsonaro, hijo del expresidente, por su presunta participación en una red de espionaje ilegal que operó durante el mandato de su padre. Según los investigadores, Jair Bolsonaro era el principal beneficiario de la información recolectada por una estructura clandestina en la agencia de inteligencia (Abin). “Esta manifestación es absurda”, opinó Dionisio Teixeira, un comerciante de vinilos de la avenida Paulista. “Bolsonaro quiso volar Brasilia y eliminar a su rival político. Debería estar preso. No entiendo cómo hay gente que aún lo defiende”. Aunque las movilizaciones en su apoyo continúan, su convocatoria ha disminuido notablemente. Según estimaciones de la Universidad de Sao Paulo, la marcha de abril reunió a unas 45,000 personas, lejos de las 185,000 registradas en febrero. Las protestas más recientes han exigido amnistía para los participantes en los disturbios del 8 de enero de 2023, cuando miles de simpatizantes de Bolsonaro invadieron las sedes de los poderes en Brasilia, reclamando una intervención militar para derrocar a Lula, quien acababa de asumir el poder. “Hay que hablar de libertad y trabajar por la pacificación”, declaró el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, quien también participó en la marcha. Exministro de Bolsonaro y una de las figuras más fuertes del conservadurismo de cara a 2026, aún no ha recibido apoyo explícito del expresidente, quien mantiene la esperanza de recuperar sus derechos políticos.

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