Pan francés con plátano y canela: el desayuno reconfortante de días grises

En la Ciudad de México y, en muchos estados de la Reública, el verano no siempre sabe a sol. Hay mañanas en que las nubes se instalan, el tráfico se intensifica y el sonido de la lluvia golpeando los cristales convierte cualquier plan en un deseo de quedarse en casa. En días así, la cocina se vuelve refugio. Y pocos desayunos reconfortan tanto como un buen pan francés, dorado por fuera, suave por dentro, con el dulzor natural del plátano maduro y el aroma cálido de la canela.
Este plato tiene algo de memoria, algo de infancia. Es económico, fácil y versátil. Perfecto para aprovechar ese pan duro que quedó del día anterior y los plátanos que ya se están poniendo negros. Pero también es una forma de consentirse sin salir, sin gastar de más, sin complicarse.