El Talón de Aquiles de Morena

Morena quisiera quedarse en el poder para siempre, pero no podrá, porque es una mala copia del PRI que era, un partido abierto, que se renovaba cada 6 años y no dependía de un líder moral para gobernar. Morena y el gobierno son espacios cerrados y no representan la pluralidad y diversidad que existe en el país. El PRI, guste o no, duró porque representaba los intereses de todos los sectores, Morena no.

El presidente en turno del PRI tenia el control total del gobierno y el partido durante 6 años y lo perdía cuando terminaba su sexenio, la presidenta Claudia Sheinbaum no es la jefa del partido como sucedía con el PRI y no está claro si ella tiene las riendas del gobierno o si López Obrador sigue siendo en el fondo el que manda. Yo creo que López Obrador está retirado en su finca en Palenque, pero dejó de tal forma organizado el gobierno que, sin estar presente, sigue mandando en el país.

Le entregó a Claudia Sheinbaum la Presidencia, pero la tiene controlada en ambas cámaras del Poder Legislativo con gente incondicional a él, lo mismo pasa con lo gobernadores y hasta en el gabinete hay gente incondicional al expresidente y no a ella. Morena está claramente controlado por López Obrador a través de su hijo “Andy”. El nuevo Poder Judicial estará integrado con gente incondicional a él, basta ver cómo quedaron integradas la Corte y el Tribunal de Justicia Judicial.

Existe la duda de si las reformas que se han aprobado durante el actual sexenio responden a un compromiso Claudia Sheinbaum con el expresidente o si ella está convencida de las reformas que acabaron con los organismos autónomos y el poder judicial y que representan una regresión democrática. Podría pensarse que para efectos prácticos da lo mismo, pero no es así, si ella realmente cree en estas reformas, el panorama para las libertades democráticas en nuestro país es muy oscuro.

Es cierto que con las reformas aprobadas y el control que tiene Morena de las cámaras parecería que Claudia Sheinbaum tiene un poder ilimitado, sin embargo, ese poder, no lo tiene ella, sino que está fraccionado en los liderazgos de Morena. Esta distribución del poder puede hacer crisis a la hora de seleccionar a las y los candidatos a gobernadores y diputados para 2027 y seguramente hará crisis a la hora de elegir a la o él sucesor de Claudia.

El PRI se renovaba cada 6 años en los liderazgos en la cámaras y en el gabinete, lo que le permitía renovar las candidaturas a la Presidencia, en el caso de Morena los candidatos presidenciales visibles son los mismos que compitieron con ella y no se van a disciplinar a la hora de que ella quiera elegir a él o la sucesora. Claudia no tiene, ni tendrá, el liderazgo para poner orden en el partido a la hora de la sucesión.

Como se ven las cosas, Morena no va a tener ningún candidato o candidata fuerte para 2030 y salvo García Harfuch, todos los demás ya son cartuchos quemados y será muy difícil que la gente vote por un candidato que no tiene idea del gobierno, salvo en seguridad.

Los morenistas piensan que Morena es invencible, se equivocan, López Obrador decidió dividir el poder y ese será el gran talón de Aquiles de Morena para 2030. La presidenta Claudia Sheinbaum no tiene todo el poder como muchos se imaginan, el poder sigue estando en Palenque.

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