Medicamentos para el tiroides
La levotiroxina, el tratamiento estándar para el hipotiroidismo, es muy sensible al momento en que se toma, y el café de la mañana puede interferir. Los estudios demuestran que tomar café inmediatamente después de tomar levotiroxina puede reducir su absorción hasta en un 50 %.
La cafeína acelera la motilidad intestinal, es decir, el movimiento de los alimentos y los desechos a través del tracto digestivo, lo que reduce el tiempo de absorción del fármaco. Por otro lado, la cafeína puede unirse a él en el estómago, lo que dificulta su absorción por el organismo. Como consecuencia, la biodisponibilidad del medicamento desciende y llega en menor cantidad al torrente sanguíneo, que es donde se necesita. Esta interacción es más común con las formas en comprimidos de levotiroxina y menos probable con las formulaciones líquidas.
Si la absorción del fármaco se ve afectada, pueden reaparecer los síntomas del hipotiroidismo, entre ellos fatiga, aumento de peso y estreñimiento.
También conviene separar el consumo de café de la toma de un tipo de medicamentos para la osteoporosis llamados bisfosfonatos, que incluyen el alendronato y el risedronato. En ambos casos conviene tomarlos con el estómago vacío y esperar entre 30 y 60 minutos antes de ingerir alimentos o bebidas.
Antidepresivos y antipsicóticos
La interacción entre la cafeína y los medicamentos para la salud mental puede ser más compleja.
Uno de los fármacos antidepresivos más utilizados son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la sertralina y el citalopram. Suelen recetarse para tratar la depresión, la ansiedad y otros trastornos psiquiátricos. Estudios de laboratorio sugieren que la cafeína puede unirse a estos fármacos en el estómago, reduciendo su absorción y, potencialmente, disminuyendo su eficacia.
Los antidepresivos tricíclicos (ATC), como la amitriptilina y la imipramina, son una clase de antidepresivos más antiguos que actúan sobre los niveles de neurotransmisores en el cerebro. Hoy se utilizan menos en comparación con los antidepresivos más nuevos, como los ISRS, debido a su mayor potencial de efectos secundarios y al mayor riesgo de sobredosis.
Los ATC se descomponen mediante la enzima hepática CYP1A2, que también metaboliza la cafeína. La competencia entre ambos puede ralentizar la descomposición del fármaco, aumentando los efectos secundarios, o retrasar la eliminación de la cafeína, lo que puede provocar nerviosismo o agitación durante más tiempo de lo habitual.
La clozapina, un antipsicótico, también es procesada por el CYP1A2. Un estudio demostró que beber dos o tres tazas de café podía aumentar los niveles de clozapina en sangre hasta en un 97 %, lo que podría aumentar los riesgos de somnolencia, confusión o complicaciones más graves.
Analgésicos
Algunos analgésicos disponibles sin receta, como los que contienen aspirina o paracetamol, incorporan cafeína. El café puede acelerar la velocidad a la que se absorben estos fármacos, ya que precipita el vaciado del estómago y aumenta la acidez estomacal.
Aunque esto puede ayudar a que los analgésicos actúen más rápido, también podría aumentar el riesgo de efectos secundarios como irritación estomacal o sangrado, especialmente cuando se combina con otras fuentes de cafeína. Aunque no se han reportado casos graves, se recomienda precaución.
Medicamentos para el corazón
La cafeína puede elevar temporalmente la presión arterial y la frecuencia cardíaca, normalmente durante tres o cuatro horas después de su consumo. En personas que toman medicamentos para la presión arterial o para controlar ritmos cardíacos irregulares (arritmias), esto puede contrarrestar los efectos deseados de la medicación.