Exportación floral crece con modelo sostenible y trazabilidad

Exportación floral crece con modelo sostenible y trazabilidad

Desde su origen en un dormitorio en la Universidad de Tampa hasta consolidarse como uno de los pocos exportadores mexicanos de flores frescas hacia Estados Unidos, Senza Limiti floreció con raíces profundas en la sustentabilidad, el valor social y el orgullo por la tierra mexicana. 

La empresa, fundada por Estefano Vrolijk y Rodrigo Gómez, surgió de una inquietud estudiantil por emprender con propósito. Hoy es un referente en la agroindustria verde de exportación.La visión de la compañía no solo desafía el modelo tradicional de comercialización floral: lo reinventa. 

Su modelo de negocio se basa en pagar precios justos a pequeños productores, apoyarlos con infraestructura, capacitaciones y conectar su trabajo directamente con los mercados internacionales más exigentes. 

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“Desde el inicio no quisimos vender flores. Queríamos transformar la cadena con algo que nos hiciera sentir orgullosos”, comentó Estefano Vrolijk, en entrevista con El Economista.

Uno de sus pilares clave es la sostenibilidad integral. Más allá del discurso, implementan acciones concretas: emplean vidrio reciclado en sus globos florales preservados, desarrollan una cadena logística en frío que garantiza la frescura de las flores desde el campo hasta su destino, y fomentan prácticas agrícolas responsables con cada productor que integran a su red.

Sostenibilidad sin maquillaje

Para Vrolijk, la sostenibilidad no es una moda: es la base del futuro agrícola. En lugar de buscar volumen a cualquier costo, su estrategia ha sido crecer con aliados comprometidos que entienden la tierra y sus ciclos. 

“Cuando conoces el rostro de quien cultiva tus flores, no puedes voltear la mirada ante los retos ambientales o sociales”, dijo.

Senza Limiti ha creado un ecosistema de confianza donde el impacto social se traduce en empleos rurales dignos, reducción de desperdicio mediante innovación logística, y educación técnica que fortalece al productor frente a los desafíos del cambio climático.

Logística innovadora

El empresario explicó que los primeros años no fueron fáciles: aduanas, requisitos fitosanitarios, cambios en clima, transporte especializado. “Todo representó un aprendizaje constante. Pero uno de los grandes diferenciales de la empresa fue invertir en una cadena de refrigeración que mantiene las flores a 5 °C desde el campo mexicano hasta su centro en Miami. Esta medida, además de garantizar frescura, reduce desperdicios y eleva la eficiencia”, explicó.

“Más que tecnología, lo que más nos ha ayudado es tener gente comprometida en cada parte del proceso”, agregó Estefano Vrolijk, fundador de la compañía. 

El capital humano, en su modelo, vale tanto como el floral.OportunidadesComentó que los desafíos regulatorios, climáticos y logísticos han hecho de Senza Limiti una empresa resiliente. En lugar de reducir su visión, diversificaron regiones y especies florales, optimizaron procesos, y hoy están preparados para expandirse hacia Europa y Medio Oriente.

“Hay algo muy especial en nuestras flores mexicanas: no solo son hermosas, tienen historia y manos detrás que cultivan con pasión”, aseguró. 

Para conquistar nuevos mercados, han apostado por trazabilidad a través de Blockchain, transparencia y diferenciación, conscientes de que el consumidor global busca productos que cuenten historias reales de impacto positivo.

“Nuestro plan es seguir fortaleciendo esa narrativa, asegurar trazabilidad, transparencia, y conectar con clientes que valoran más que un producto: valoran el impacto que genera. Este año estamos ya preparando nuestra expansión hacia Dubái y Ámsterdam, siempre con la misma esencia: calidad, sustentabilidad y mucho corazón mexicano”, dijo.

El papel de la política pública

Para que más iniciativas como la suya puedan escalar, el directivo es claro: se necesita una política pública agrícola más inclusiva y moderna. Dijo que lo primero que aprendieron es que el campo mexicano está lleno de talento, pero muchas veces se enfrenta solo a un sistema que no lo apoya. 

“Hace falta invertir en infraestructura, educación agrícola y, sobre todo, abrir canales reales de exportación para pequeños productores”.

Insistió, en que es importante que se incentive el trabajo justo, la agricultura regenerativa y la conexión directa entre productor y mercado. “En nuestra experiencia, cuando el productor sabe que su trabajo va a ser bien pagado y reconocido, da lo mejor de sí. Si México quiere competir a nivel global, hay que apostar por una agroindustria que no deje a nadie atrás. 

El campo mexicano está lleno de talento, pero muchas veces se enfrenta solo a un sistema que no lo apoya. Hace falta infraestructura, educación agrícola y canales reales de exportación”, concluyó Vrolijk.

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