Marruecos vive una fiesta del cordero sin cordero por primera vez en tres décadas
Los corderos balaban hace un año en el descampado de Tabriquet, un mercado popular que traslada la atmósfera del Marruecos profundo hasta el corazón urbano de Salé, limítrofe con Rabat. En vísperas del Eid el Adha, la Fiesta del Sacrificio que culmina las celebraciones musulmanas dos meses después del Ramadán, esta vez no hay borregos vivos a la venta en Tabriquet para su degollamiento en cada hogar, como manda la tradición islámica en memoria de Abraham, dispuesto a cortarle el cuello a su hijo Isaac por orden divina.