El crecimiento económico y las empresas
Las noticias respecto del crecimiento económico de los últimos meses no son nada alentadoras. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado su proyección para el crecimiento de México en 0.4% para el año de 2025 y una pequeña mejoría al 1.1% para el 2026. En la encuesta con especialistas que realizó El Economista relativa al crecimiento de la economía de nuestro país, establece que este será del 0.18% para este año.
En realidad, todos esos porcentajes, son proyecciones que los economistas calculan en función a la información de la que disponen, ya que ellos miden los movimientos económicos y tratan de predecir el comportamiento de los mercados, muchas veces son muy acertados y otras veces no tanto. Sin embargo, es la información con la que cuentan los tomadores de decisiones de las empresas.
El crecimiento económico no se da por decreto, ni por decisión de los economistas, es producto de las circunstancias y decisiones que toman todos los participantes de la actividad económica, desde el ama de casa o el empleado hasta los gobiernos y las grandes instituciones financieras.
El administrador de cualquier entidad tiene la obligación de aún en las circunstancias más complejas, buscar las oportunidades para obtener el mejor desempeño económico posible. Para tal efecto, la administración debe desarrollar estrategias y llevar a cabo acciones como pueden ser:
Optimizar procesos y reducir costos buscando una mejor eficiencia operativa mediante la utilización de tecnologías para automatizar procesos haciendo uso de la inteligencia artificial. Esto debe incluir la revisión de la estructura de costos de la entidad identificando erogaciones superfluas y solamente hacer inversiones de alto retorno, siempre buscando la austeridad y eliminación del desperdicio de recursos.
Explorar nuevos mercados que muestren un mejor dinamismo económico o nichos de mercado no atendidos por la competencia. También la innovación en los productos y servicios, buscando desarrollar nuevos productos o adaptar los existentes a las nuevas necesidades y gustos. Como complemento, usar o expandir el uso de plataformas digitales de promoción y ventas.
Enfocarse en atender la experiencia del cliente mediante el uso de tecnología de la información que ayude a identificar tendencias en las preferencias en cuanto a los productos y servicios que ofrece la entidad, así como buscar la más alta calidad en el servicio al cliente. Tratando además de asegurar la lealtad del cliente mediante planes de recompensa y/o modelos de suscripción.
Lo mencionado en el párrafo anterior, debe ser complementado con un proceso continuo de revisión de datos internos haciendo comparativas con los competidores, sobre todo los de mayor éxito, ayuda a establecer metas ambiciosas pero logrables.
El personal de la entidad tiene un rol fundamental en cualquier plan estratégico, por los que las acciones dirigidas a lograr una capacitación y mejora del desempeño continua abonarán a lograr los objetivos. Buscar que los colaboradores incrementen sus habilidades digitales y técnicas, logrando que además colaboren en el desarrollo de la innovación y mejora de procesos, productos y servicios, complementado con modelos híbridos o remotos de trabajo puede ayudar a incrementar la eficiencia y reducir los costos.
Todo lo anterior, debe estar fundamentado sobre una base de financiamientos estratégicos sólidos y una vigilancia continua de la gestión del flujo de efectivo.