El gobierno de Trump impide a Harvard la admisión de estudiantes internacionales
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El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos revocó este jueves la capacidad de la universidad para inscribir a estudiantes internacionales y obligará a los alumnos existentes a trasferirse a otras escuelas o perder su estatus legal.
Trump prohíbe a Harvard recibir estudiantes extranjeros
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ordenó al departamento poner fin a la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio de la Universidad de Harvard, dijo la cartera en un comunicado. La medida se conoce después de que Harvard se negó a proporcionar información exigida por Noem sobre algunos titulares de visas de estudiante extranjeros que asisten al centro educativo, dijo el departamento. “Esta administración está exigiendo responsabilidades a Harvard por fomentar la violencia, el antisemitismo y la coordinación con el Partido Comunista Chino en su campus”, dijo Noem. “Es un privilegio, no un derecho, para las universidades matricular a estudiantes extranjeros y beneficiarse de sus pagos de matrícula más altos para ayudar a rellenar sus dotaciones multimillonarias”, agregó. Harvard afirmó que se trata de una acción de represalia que amenaza con perjudicar gravemente a la universidad. “La acción del gobierno es ilegal. Estamos plenamente comprometidos con mantener la capacidad de Harvard para acoger a estudiantes y académicos internacionales, que proceden de más de 140 países y enriquecen a la Universidad —y a este país— de manera inconmensurable”, dijo la universidad en un comunicado.
Contexto del conflicto La administración de Trump emprende una llamada “lucha por la libertad de expresión” en la que algunas universidades de élite y sus estudiantes son el principal objetivo. La Casa Blanca condicionó la entrega de fondos estatales a Harvard al cumplimiento de una serie de modificaciones, que incluyen la eliminación de programas de diversidad, la supervisión ideológica de estudiantes y otros cambios de políticas internas de administración académica. El gobierno del republicano argenta que Harvard, al igual que otras instituciones de educación superior, no combate de forma efectiva el antisemitismo en su campus y protege posturas ideológicas contrarias a los valores que el ejecutivo estadounidense defiende. El argumento de la Casa Blanca es que las universidades permiten una “cultura del odio contra Israel” en sus campus y que eso constituye discriminación contra estudiantes judíos. Desde la firma de la Orden Ejecutiva 14188, el gobierno ha condicionado la entrega de fondos públicos a la aplicación de medidas “claras, verificables y contundentes” para erradicar expresiones consideradas antisemitas. “Harvard ha fallado en cumplir las condiciones intelectuales y de derechos civiles que justifican el financiamiento público. La inversión del gobierno en Harvard no es un derecho adquirido”, señala el documento.
El republicano también critica a Harvard por contratar a destacados demócratas para puestos docentes o de liderazgo. Pero, a diferencia de la Universidad de Columbia, Harvard rechaza tajantemente las condiciones de Trump. “Estas demandas violan nuestros derechos constitucionales y exceden la autoridad legal del gobierno bajo el Título VI. No buscan una cooperación genuina, sino una regulación directa sobre las condiciones intelectuales de la universidad”, indicó el rector de Harvard, Alan Garber, en una carta pública firmada el 11 de abril de este año. Sin embargo, los resultados de dos investigaciones publicados el 30 de abril muestran que existen prejuicios enraizados y un clima de “miedo” en Harvard, en particular entre los estudiantes árabes y musulmanes. Los resultados arrojan que el 56% de los estudiantes musulmanes y el 26% de los judíos se sienten inseguros en la universidad, frente 12% de los cristianos y el 8% de los ateos o agnósticos. Asimismo, el 92% de los encuestados musulmanes y el 61% de los encuestados judíos, incluidos profesores y personal, además de estudiantes, confesaron que temen repercusiones académicas y profesionales por expresar sus opiniones personales o políticas, en comparación con el 59% de todos los encuestados. Garber encargó estos informe después de los ataques del 7 de octubre de 2023 del grupo palestino Hamás en Israel y la guerra emprendida por este país en la Franja de Gaza, que desencadenó protestas en las universidades estadounidenses.
La respuesta legal de Harvard
Recortes al financiamiento de Harvard La Casa Blanca congeló en abril más de 2,200 millones de dólares en recursos federales destinados a la institución y amenazó con revocar la exención de impuestos que disfruta. “Quizás Harvard deba perder su estatus de exención fiscal y pagar impuestos como una entidad política, si sigue empujando su agenda”, indicó el presidente Trump en su plataforma Truth Social el 15 de abril. La ley federal de Estados Unidos prohíbe al presidente solicitar directa o indirectamente al Sistema de Impuestos Internos (IRS) que investigue o audite objetivos específicos. “Una acción sin precedentes de este tipo pondría en peligro nuestra capacidad para llevar a cabo nuestra misión educativa”, dijo la universidad. “Tendría como consecuencia la disminución de la ayuda económica a los estudiantes, el cierre de programas clave de investigación médica y la pérdida de oportunidades de innovación. El uso ilegal de este instrumento de forma más amplia tendría graves consecuencias para el futuro de la educación superior en Estados Unidos”. El 13 de mayo, el gobierno de Trump informó que ocho agencias federales rescindirían otros 450 millones de dólares en subvenciones a la Universidad de Harvard. La Universidad de Harvard presentó una demanda el 22 de abril para impedir que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, congelara miles de millones de dólares en fondos federales después de que la institución de investigación de élite rechazara una lista de demandas de la Casa Blanca que, según dijo, socavarían su independencia.
La demanda presentada en el tribunal federal de Boston dijo que Trump lanzó un amplio ataque a la financiación de la investigación de vanguardia en las principales universidades mientras busca deshacerse de lo que describe como antisemitismo y sesgo ideológico. “Este caso implica los esfuerzos del Gobierno para utilizar la retención de fondos federales como palanca para obtener el control de la toma de decisiones académicas en Harvard”, dijo la demanda. Harvard alega que las acciones de la administración Trump fueron arbitrarias e ilegales y violaron los derechos de la Primera Enmienda de la universidad a la libertad de expresión. Tras el recorte del 13 de mayo, Harvard actualizó su demanda, en la que también desafía una decisión de la administración anunciada en una carta de la Secretaria de Educación, Linda McMahon, de congelar miles de millones de dólares en futuras subvenciones de investigación y otras ayudas hasta que la universidad ceda a las demandas de la administración.
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