El conservador Luís Montenegro deberá elegir entre la ultraderecha o los socialistas para las grandes cuestiones del Gobierno de Portugal
No hay tantos líderes políticos capaces de hacer saltos mortales en una piscina. Literales. El portugués Luís Montenegro, que en la juventud aprendió a realizar volteretas, es uno de ellos. Este domingo demostró que también controla las piruetas políticas peligrosas. Se arriesgó al someterse a una moción de confianza que provocó la caída de su Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas y cayó bien. El candidato de AD, la coalición conservadora que lidera, ha reforzado su victoria en las elecciones del domingo y da por enterrada la polémica de su empresa familiar, Spinumviva, origen de la crisis política. Aunque será un caso que seguirá vivo de momento en la vía judicial.