La Fed cautelosa ante la degradación
Los funcionarios de la Reserva Federal (Fed) abordaron ayer con cautela las ramificaciones de la última rebaja de la calificación crediticia del gobierno estadounidense y las inestables condiciones del mercado, mientras continúan navegando en un entorno económico muy incierto.
“Analizaremos esa rebaja con la misma perspectiva que con toda la información entrante: ¿Cuáles son las implicaciones para el logro de nuestros objetivos, sin comentar qué podría significar dicha rebaja en un contexto de economía política?” declaró el vicepresidente de la Fed, Philip Jefferson, en una conferencia celebrada en el Banco de la Fed de Atlanta.
La rebaja “tendrá implicaciones en el costo del capital y en muchos otros aspectos, por lo que podría tener un impacto en la economía”, declaró por su parte el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, en una entrevista con la CNBC.
Con la economía en constante cambio, “creo que tendremos que esperar de tres a seis meses para ver cómo se estabiliza la situación, y creo que eso será un factor determinante en la disposición y el interés de la gente por invertir en Estados Unidos”.
Las preocupaciones sobre la posición financiera del gobierno han existido durante años, y los funcionarios de la Fed advierten que las tendencias de endeudamiento a largo plazo son insostenibles, los enormes niveles de gasto, sumados a un plan de presupuesto republicano bajo consideración que agregará aún más deuda, aumentan los temores de una crisis inminente.
El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, reconoció los problemas del mercado, pero sugirió que algunas de las preocupaciones son exageradas.