México será más productivo y competitivo con jornada de 40 horas: OCDE

Con la reducción paulatina de la jornada laboral a 40 horas semanales que busca implementar el gobierno federal, el país podría ser más productivo y competitivo, aseguró Mario López Roldan, director del Centro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en México.
“La reducción de la jornada laboral a 40 horas consensuada como se ha hablado, flexibilidad regulada y también progresiva, puede tener beneficios muy importantes para el país en cuestión de productividad”, indicó durante su participación en el foro Gira nacional por las 40 horas, realizado en la Cámara de Diputados.
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El representante del organismo señaló que en las reformas que se realizaron en algunos países de la OCDE, han aprovechado para regular nuevos aspectos de la relación laboral, como la desconexión del trabajo y la protección de los salarios.
“Para que así, no se pueda mandar WhatsApp el sábado para suplir un poco lo que vamos a tener que reducir en materia de horas trabajadas. En estos siguientes meses se tiene que ser muy rigurosos en que los salarios no se deben de tocar”, refirió durante el foro organizado por la bancada de Movimiento Ciudadano.
Expuso que para la OCDE, la gradualidad, progresividad y el trabajo conjunto entre el sector empresarial, trabajador, gobierno, el Poder Legislativo y organismos internacionales, no debe ser un pretexto para seguir posponiendo la reforma.
“Es urgente para México, nos preocupa mucho la salud de los trabajadores mexicanos, creemos que están fundidos en muchas de las industrias y no puede continuar así el país, sobre todo si se quiere tener una integración con América del Norte”, resaltó.
Calificó como buena noticia el anuncio de la reducción de jornada laboral a 40 horas, ya que dijo, el promedio de horas trabajadas en los países de la OCDE es de 37 horas, y que la gran mayoría están por debajo de las 40 horas.
“México es de los 38 países de la OCDE que tiene el mayor desequilibrio entre vida personal y trabajo, y esto tiene una incidencia en todos los aspectos de la vida del trabajador, principalmente en su bienestar y nivel de felicidad”, aseguró.
En tanto, Francisco Martínez Domene, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (Amech), sostuvo que la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas en México es una iniciativa con un enorme potencial para mejorar la calidad de vida de millones de trabajadores.
“Esta reforma consideramos que representa una oportunidad histórica para modernizar el mercado laboral mexicano pero su éxito requerirá visión estratégica, acuerdos entre todos, compromiso multisectorial y una ejecución cuidadosa y minuciosa que garantice beneficios reales para los trabajadores, empresas y economía del país”, aseveró.
Indicó que la reforma implica un replanteamiento integral de las dinámicas productivas, costos empresariales y modelos de relaciones laborales con mucho foco en la flexibilidad y el bienestar laboral.
“Según una encuesta de Adecco, el 70% de los trabajadores mexicanos anticipa beneficios en su calidad de vida y eficiencia laboral, no obstante, el sector empresarial alerta sobre diferentes riesgos económicos inmediatos si no se articula adecuadamente la reforma sí puede tener impactos. Por ejemplo, las pymes, que representan un 98% del tejido empresarial de México enfrentarían un incremento de 36% en sus costos si pagan horas extras, o el 22% si contratan nuevo personal”, detalló.
El representante del organismo advirtió que el éxito de la reforma dependerá fundamentalmente de la capacidad del Estado, de las empresas, los colaboradores y los representantes de los trabajadores para trabajar de manera coordinada, flexible y responsable.
“La clave estará en evitar la improvisación y los impactos negativos que pueden derivarse de un aumento abrupto de costos laborales o de una caída en la productividad, sobre todo, que no caigamos en errores de anteriores reformas de hoy para mañana implementamos”, destacó.
Recomendaciones de Adecco
Martínez Domene compartió cinco recomendaciones que las autoridades de México, sector privado y trabajadores pueden tomar en cuenta para las discusiones sobre la reducción de la jornada laboral y su próxima implementación.
Implementación gradual y sectorialmente diferenciada
El representante de Amech indicó que los ajustes se deben realizar mediante plazos escalonados, estableciendo un calendario de reducción progresiva que permita a las empresas adaptarse paulatinamente.
“Por ejemplo, iniciar con grandes empresas y sectores estratégicos como la manufactura, sector agrícola y como pueden ser los servicios financieros del país en el año 2026, y en el 2027 en otros sectores con reducción gradual en cinco años”, explicó.
Agregó que se necesitan plazos especiales para microempresas otorgando un periodo de gracia de al menos dos años para evitar impactos económicos abruptos y aumento de la informalidad.
Fortalecimiento del diálogo social tripartito
Señaló que, es fundamental mantener el diálogo mediante mesas de negociación permanentes, creando espacios formales donde el gobierno, empleadores y sindicatos definan acuerdos sectoriales sobre horarios, compensaciones y productividad.
“Participación activa de los trabajadores, no los dejemos, escuchemos a los trabajadores, realizando encuestas y entrevistas para identificar procesos ineficientes y áreas de mejora en el proceso de implementación de la reforma, promoviendo una cultura de colaboración y confianza entre todas las partes que participan”, indicó.
Añadió que se necesita contar con transparencia y seguimiento, estableciendo comités de vigilancia, observatorios con representación tripartita para monitorear avances, resolver conflictos y ajustar políticas según resultados.
Incentivos fiscales y apoyo financiero para compañías
Martínez Domene apuntó que se necesitarían implementar subsidios y créditos blandos, creando un fondo de apoyo de al menos 25 mil millones de pesos para cubrir costos iniciales de contratación y capacitación especialmente para las mipymes.
Agregó que se necesita aplicar una reducción temporal de cargas fiscales y cuotas de seguridad social, para aquellas empresas que adopten la disminución laboral sin reducir salarios.
“Capacitación continua, implementando programas de capacitación para mejorar habilidades digitales, gestión del tiempo y uso de tecnologías. Así como pilotos y pruebas controladas, aplicando pruebas piloto de pruebas y sectores para evaluar nuevas modalidades de trabajo”, comentó.
Flexibilidad laboral con protección social
Señaló que se debe fortalecer a las empresas de servicios especializados, abriendo la posibilidad de poder operar en actividades del objeto social para poder apoyar más a las empresas en sus cargas de trabajo y horarios fuera de lo habitual.
“Modelos híbridos y de teletrabajo incentivando esquemas flexibles que permitan distribuir la jornada en horarios variables o desde casa aumentando la conciliación y reduciendo costos operativos. Garantías laborales, asegurar que la reducción no implique precarización, manteniendo derechos como el salario íntegro, seguridad social y prestaciones. Salario mínimo por hora, no solo diario, diferenciado por jornada”, concluyó.