Elección judicial decidida
Se acerca inexorablemente, incluso ante las advertencias internacionales y las oposiciones razonadas en nuestro país de expertos y académicos respetados en el país, la elección de jueces y magistrados. En tan solo 20 días estaremos asistiendo a una elección que tiene todos los vicios que pudiéramos imaginar: Falta de certeza jurídica y procedimental en la elección, pues no serán los ciudadanos quienes cuenten los votos, sino los funcionarios del INE. Es decir, en vez de 1.5 millones de mexicanos contando los votos sólo los contaran los funcionarios distritales.
Las boletas no se cuentan in situ, sino en los consejos distritales federales con ayuda de los institutos locales y otros más que ya han sido analizadas aquí y en otros espacios de compañeros y expertos de la materia.
La elección traerá vicios enormes en la conformación y la administración de justicia de la nación. Por ejemplo, la queja de que porque el poder judicial modificaba leyes expedidas por el congreso perderá sentido y, por lo tanto, con la elección judicial, los juzgadores adquirirán la misma legitimidad que los legisladores o el ejecutivo para controvertir leyes, no por una cuestión de legalidad, sino por voluntad política del juzgador.
Al amarrar a los juzgadores a su ámbito electoral, los convertirán en parte de la justicia local, demeritando la diferencia y la sana practica del amparo que distingue entre justicia local y federal. Al amarrar a los jueces y magistrados al ámbito territorial, se les condena a no poder ser cambiados de adscripción si su vida o su ejercicio profesional se encuentra en peligro. En fin.
Hay algo, sin embargo, que es más preocupante. Aunque no se crea, fuera de la CDMX, se ven esfuerzos superlativos de reflexión y asertividad. En Mérida, Yucatán, en la estación 88.9 de FM (Telesur) existe un programa semanal que conduce Gastón Lamberry y que siempre es acompañado por dos mexicanos excepcionales: Federico Berrueto y Dulce María Sauri. El primero politólogo de excepción y un experto en demoscopia y la segunda ex gobernadora de Yucatán, senadora, diputada y expresidenta del PRI inmediatamente después del momento en el que el PRI perdió ante Vicente Fox.
En el programa de la semana pasada, fue invitado Diego Valadez. Reflexiones interesantes y profundas de los 4, retomo un argumento de Valadez que no puede más que llamar a la reflexión y la preocupación, por su delicadeza y sus lamentables consecuencias.
Dice Valadez a manera de ejemplificar el desastre y el engaño enorme que será dicha elección del 1 de junio (cito de memoria). Si el 10% del electorado se presentara a votar, es decir 10 millones de personas en todo el país, cada uno de ellos recibirá 6 boletas con un numero enorme de alternativas (arriba de 300) para yodos los puestos en disputa. Tendrá que decidir entre ellos por 37 opciones que deberá apuntar en la boleta. Si esas 10 millones de personas votan, tendremos 60 millones de boletas y de esas 60 millones por las 37 opciones que habrán de marcarse dan por resultado un conteo de 2,220,000,000 de votos, que no habrán de ser contados por el 1,5 millones de ciudadanos que concurren a la elección federal común, sino sólo los empleados de los comités distritales habrán de contar dicha cantidad de votos.
Dese usted una idea: Los institutos electorales locales en todo el país, tienen en total 2,119 empleados. Las oficinas de los Consejos Distritales, promedian unos 17 empleados en cada consejo. Eso significa que en total hay en los consejos distritales en todo el país 5,100 empleados. Es decir que si sumamos los 2,119 más los 5,100 tenemos que por ley en 10 días, 7,219 empleados habrán de contar 2,220,000,000 de votos. La tarea parece tan imposible que lo único que puede esperarse es que la elección ya está decidida y que los consejos distritales habrán de recibir una lista en la que acomodarán los nombres y darán resultados, que ya habían sido prehechos por alguien en alguna oficina. Mejor hubieran hecho como en durango. Ahí hay 49 lugares en el poder judicial local y sólo hay 49 candidatos presentados. Con que cada juez o magistrado se de asi mismo su voto bastará para lograr el puesto. Nada más pero nada menos, también.
rrg