La importancia de enseñar a los niños educación financiera y fiscal

En un mundo donde las decisiones económicas influyen en casi todos los aspectos de la vida, la educación financiera y fiscal, se han convertido en habilidades esenciales cuando se llega a edad adulta. Estos conceptos no siempre se enseñan en la escuela o en el hogar, es por eso que preparar a los niños desde edad temprana, no solo les dotará de una herramienta clave para su desarrollo personal, sino también será una inversión para formar a ciudadanos más responsables. 

Con base en la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023, elaborada por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), únicamente el 52% de los adultos en México cuentan con algún tipo de ahorro, y apenas el 17.8% de la población de 18 años y más alcanza un nivel alto de bienestar financiero. Estas cifras reflejan la necesidad de inculcar óptimos hábitos desde la infancia y la juventud.

La educación financiera, enseña prácticas relacionadas con la gestión del dinero, el ahorro, la inversión y el consumo responsable. Este conocimiento es crucial para ayudar a los niños a tomar decisiones informadas y a desarrollar hábitos saludables relacionados con el uso de los recursos.

La educación fiscal es un proceso en el que se busca concientizar y capacitar a los niños sobre la importancia de los impuestos, para entenderlos de manera conceptual y práctica, entendiendo su rol en el desarrollo de la sociedad, promoviendo una cultura de responsabilidad ciudadana con relación al cumplimiento de las obligaciones fiscales, así como fomentar una participación activa en el uso y la vigilancia de los recursos públicos.

Algunos beneficios de este tipo de educación en los infantes son:

  1. Formar personas que ahorran, pues evitan caer en deudas innecesarias.
  2. Autonomía y seguridad cuando se llega a la mayoría de edad, a través del entendimiento de la función del dinero, ello para tomar decisiones informadas y responsables.
  3. Reducir el estrés financiero y fiscal en la vida adulta; un niño mejor preparado se convertirá en un adulto que sabe manejar situaciones como deudas, inversiones o imprevistos económicos.
  4. Bienestar social, a través de las contribuciones fiscales que impactan en la calidad de los servicios.

El enseñar a los niños sobre el manejo del dinero e impuestos, no es un lujo, es una necesidad, así como una inversión invaluable que puede marcar una diferencia significativa en el futuro no solamente de ellos, sino también de la sociedad.

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