Las bolsas repuntan, pero la economía sigue en graves problemas

Tras semanas de caídas, los mercados bursátiles de México, Estados Unidos, Europa y Asia muestran señales de recuperación. El S&P 500 recuperó parte del terreno perdido y la Bolsa Mexicana de Valores, que cayó 6.5% tras la ofensiva arancelaria de Donald Trump, también revirtió pérdidas. En Europa, el FTSE 100 hiló quince sesiones al alza y el STOXX 600 sube casi 3% en el año. En Asia, el Nikkei 225 y el Hang Seng repuntaron ante la expectativa de un posible diálogo entre China y EU. Pero todo esto refleja más apetito especulativo que recuperación real. Los mercados, una vez más, parecen desconectados de la economía.

En México, el PIB creció 0.2% en el 1º trimestre, evitando una recesión técnica tras la caída del 0.6% en el 4º trimestre de 2024. El agro creció 8.1%, pero la industria retrocedió y los servicios se estancaron. Las estimaciones para el año oscilan entre -1.3% (OCDE) y 1.9% (Hacienda), aunque todo apunta a un crecimiento débil.

El empleo, si bien estable en cifras generales, revela problemas preocupantes. En marzo, la Población Económicamente Activa fue de 61.1 millones, 128,000 menos que un año antes. La desocupación bajó a 2.2%, pero aumentaron la informalidad (54.4%) y la subocupación (6.6%). La ocupación masculina cayó 232,000 plazas, y el 34.1% de los trabajadores está en condiciones críticas: jornadas parciales o ingresos mínimos. La precariedad —informalidad, bajos salarios, inestabilidad— sigue siendo una realidad.

La recaudación fiscal sorprendió al alza: en el primer trimestre se captaron 1.5 billones de pesos, un incremento real del 17.8%. El ISR creció 21.3% y el IVA 20.9 por ciento. Aun así, el déficit acumulado hasta abril ronda el 1.4% del PIB, y se proyecta cerrarlo en 3.9%, frente al 5.9% heredado por AMLO. Hay disciplina, pero poco margen para estímulos.

El tipo de cambio se estabilizó y las remesas siguen fluyendo, aunque muestran señales de desaceleración. Si el empleo en EU cae, el flujo de divisas podría reducirse, afectando el consumo interno, ya debilitado.

La política comercial de Trump sigue siendo el principal riesgo. Siguen vigentes los aranceles al acero, aluminio, productos fuera del T-MEC y desde hace días también a las autopartes, salvo las que cumplen con origen regional. La fecha clave es el 1 de julio. Si amplía los aranceles, el golpe será severo. Sheinbaum ha optado por la negociación, evitando la escalada, aunque bajo presión para responder.

La economía de Estados Unidos cayó 0.3% en el primer trimestre y ya se habla de estanflación: estancamiento, inflación alta y deterioro del empleo. Si se confirma, México sufrirá: menos exportaciones, caída en remesas, presión sobre el peso e inflación importada. Con márgenes fiscales y monetarios acotados, la capacidad de respuesta es mínima.

Y está, además, China: su conflicto con EU alcanza aranceles de hasta 245%, represalias del 125% y amenazas tecnológicas cruzadas. Si restringe exportaciones clave o usa el T-MEC como puente indirecto, México podría quedar atrapado entre dos fuegos.

La recuperación bursátil es un alivio momentáneo, no una garantía. México necesita crecimiento real, inversión sostenida, diversificación y un entorno favorable al nearshoring. Porque mientras los mercados celebran, la economía real sigue en graves problemas.

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