Reforma Judicial: la verdadera incertidumbre
Como hemos apuntado en este espacio, México se encuentra en recesión que se prolongará al menos este año. En efecto, el año electoral de 2024 pese a los 9 millones de millones de pesos que el gobierno gastó no sirvieron para que nuestra economía creciera lo que derivó en que el sexenio anterior, promediara un crecimiento menos de la mitad del promedio anual de los últimos 30 años y, lo que es peor, los indicadores van bajando desde finales de año. Así el gobierno de la presidenta, Claudia Sheinbaum, recibe la administración con la economía cayendo y un gobierno con un peso de deuda ya considerable que ya rebasa el 60% del PIB. Se entiende entonces, el dilema frente a nosotros del cómo financiar programas sociales crecientes u obras de infraestructura como diversos trenes, sin seguir afectando sectores sensibles como seguridad, educación y salud. Estamos en esto cuando las presiones sobre la economía van a ir en aumento conforme avanza la llamada reforma judicial que, sin duda alguna, genera la mayor incertidumbre posible mucho más que el factor arancelario de Donald Trump. Los ajustes al comercio exterior impulsados por Estados Unidos y China no han sido la causa de que nuestra economía venga cayendo de manera sistemática desde el 2024. La falta de certidumbre jurídica, la capacidad de un solo poder de la Unión para reformar la Constitución en días u horas y el déficit fiscal son los elementos que nos han llevado a la recesión.
La reforma judicial justo en estos momentos con candidatos finalistas y listos para ser votados tiene candidatos cuestionados por no reunir los requisitos, por sus vínculos con la delincuencia o bien por su abierta filiación partidista, lo anterior es sólo una muestra de lo que puede venir por lo que las inversiones, principalmente para el crecimiento y el bienestar social, no van a fluir haciendo que el resto de los esfuerzos como el Plan México, sean insuficientes. Concretamente el sector financiero, el sector académico, los organismos internacionales y el sector empresarial han expresado abiertamente sus reservas al tema de la elección de jueces. En el sector financiero valen la pena los argumentos esgrimidos por Morgan Stanley, Citibanamex, Bank of America, Fitch Ratings y UBS. En la academia, facultades de derecho de universidades como la UNAM, CIDE, UP, ITAM, TEC entre otras han hecho lo mismo. Las embajadas de nuestros socios comerciales Canadá y EE. UU. lo han hacen igual que la ONU, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Asociación internacional de Jueces con sede en Roma, así como el Consejo de Empresas Globales y las cámaras de comercio de diversos países. Al ser de fondo, una negociación, lo de Trump se va a arreglar, lo que estamos haciendo internamente es la real incertidumbre.