España y Portugal se recuperan tras apagón inédito que paralizó la península
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La península ibérica vivió este lunes un día inédito tras un apagón masivo que paralizó ciudades enteras en España y Portugal , desconectó infraestructuras de transporte y provocó escenas de caos en las calles. De acuerdo con el operador de la red eléctrica, más del 60% del suministro en España fue recuperado durante las horas posteriores al corte.
Una península desconectada
El primer ministro portugués, Luis Montenegro , atribuyó el origen del fallo a un evento “probablemente en España”, que calificó como “grave e inédito”. “El corte generalizado de nuestra red eléctrica fue provocado al exterior del país, probablemente en España”, dijo en conferencia de prensa, y adelantó que la recuperación completa podría tomar horas. En Madrid, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez , pidió no apresurarse. “Se están analizando todas las causas potenciales”, declaró en televisión, y subrayó que no se descartaba “ninguna hipótesis” y que las instituciones y operadores trabajaban “de forma coordinada para comprender qué ha sucedido”. En cuestión de minutos, las ciudades quedaron desconectadas no solo de la energía, sino también de las redes móviles e internet. En Lisboa, varios barrios recuperaron pronto el suministro, pero en España las consecuencias fueron inmediatas: estaciones de metro detenidas, tráfico desbordado, comercios cerrados. Carlos Condori, un joven obrero de 19 años, relató el momento en que su tren se detuvo entre estaciones. “Se fue la luz y el vagón se quedó parado. Luego avanzó muy despacio hasta la siguiente plataforma”, contó. Pero el susto no terminó ahí: sin cobertura en su teléfono, sin poder comunicarse con su familia o su trabajo, quedó varado en el centro de Madrid. “La gente se quedó atónita, porque esto nunca había pasado en España”, dijo. Afuera, en la Plaza de Cibeles, los semáforos apagados desataron un pandemónium de bocinas, silbatos y sirenas. La policía intentaba dirigir el tráfico a mano mientras los conductores, atrapados, buscaban rutas alternativas en un paisaje urbano desconocido.
“Estamos atrapados”, el sentimiento generalizado
En Barcelona, Adán Martínez, de 33 años, trataba de encontrar un autobús entre largas filas de personas. Su laboratorio quedó sin energía y la red de metro colapsó en cuestión de minutos. “Estoy aquí porque tampoco puedo hacer otra cosa”, resumió, resignado, mientras el calor y el ruido de cláxones le acompañaban en la espera. La desconexión afectó también a quienes estaban de paso. Gloria Sanchís, jubilada de 69 años, temía perder su vuelo de regreso. “No hay suficientes recursos para manejar todo el jaleo que hay aquí”, se lamentó. Mientras, Sabrina Iannucci, estudiante estadounidense de 21 años, intentaba orientarse entre calles semioscuras y comercios cerrados. “Me sentí confundida y algo agobiada. Nadie sabía qué estaba pasando”, contó. Pese al desconcierto, algunos intentaron ver la situación en perspectiva. Pilar López, de 53 años, esperaba a que reanudaran el servicio del metro, con una sonrisa paciente. “Hemos sufrido una pandemia. No creo que esto sea peor”, reflexionó. “Esto no nos había pasado nunca antes, pero no es el fin del mundo”, añadió. Con la electricidad volviendo lentamente y las investigaciones en curso, la península ibérica comienza a levantarse tras un corte de luz que no solo apagó las ciudades, sino también la certeza de que, en pleno siglo XXI, todo está siempre bajo control. Con información de AFP
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