El arte de pedir un aumento cuando el barco parece hundirse

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Pedir un aumento salarial en medio de la incertidumbre corporativa parece, a primera vista, un movimiento arriesgado. Cuando las empresas recortan gastos, frenan inversiones o enfrentan ajustes drásticos, el crecimiento profesional interno suele pasar a segundo plano. Sin embargo, esperar eternamente el “momento perfecto” también puede convertirse en un freno. De acuerdo con PageGroup, 57% de los empleados en México se declara insatisfecho con su salario y 47% está en búsqueda activa de nuevas oportunidades. La rotación se ha vuelto una estrategia común para mejorar las condiciones laborales. Uno de cada dos trabajadores que cambia de empresa logra un aumento salarial más rápido que quienes permanecen a la espera de una promoción interna, según el mismo estudio.

Pero, según Christian Rico, country manager de Gi Group Holding en México, negociar un aumento en tiempos difíciles puede ser complicado, pero no imposible. “Siempre que inicies una conversación de esta índole, asegúrate de estar bien preparado y elige el momento adecuado para tener esta conversación, asegurándote de que haya tiempo suficiente para discutir tus puntos con calma”, añade. Llegar con logros claros, resultados medibles y ejemplos de cómo se ha aportado al negocio marca la diferencia entre una conversación basada en expectativas y una basada en valor real. La paciencia estratégica puede ser más efectiva que una urgencia mal planteada. Identificar señales internas de estabilización o espacios de apertura al diálogo puede marcar la diferencia entre un ascenso y una puerta cerrada. Cuando el presupuesto de la empresa no permite incrementos salariales inmediatos, buscar alternativas también es parte de una negociación inteligente. Salvador de Antuñano, director de Recursos Humanos en Grupo Adecco México, apunta que existen otros caminos. Bonos por desempeño, incrementos escalonados o beneficios adicionales como más días de vacaciones o acceso a programas de formación son caminos viables para seguir avanzando. Así, el desarrollo profesional no se detiene, aunque el salario directo tarde en ajustarse. “Además, demostrar tu compromiso con la empresa y tu disposición a adaptarte a los retos actuales también puede facilitar la negociación”, afirma de Antuñano. Reconocer la situación financiera de la empresa no significa renunciar al valor propio. Yunue Cárdenas, CEO de Menthalising, recuerda que la situación financiera de la empresa debe reconocerse, pero sin perder de vista el valor personal. Si no es posible un ajuste en el corto plazo, abrir acuerdos para revisiones futuras o explorar compensaciones de otro tipo puede construir una ruta de avance sostenible.

Cinco pasos para pedir un aumento en tiempos Para quienes deciden dar el paso de negociar un aumento, hay ciertos principios que pueden hacer la diferencia entre una conversación exitosa y una oportunidad perdida. Los especialistas consultados comparten cinco puntos para negociar un aumento cuando el entorno parece estar en contra.
Preparar resultados concretos. Más allá de percepciones, es fundamental respaldar la solicitud con datos duros. Logros específicos, metas superadas y contribuciones al negocio deben estar claros en el discurso.
Elegir el momento más oportuno. Buscar un espacio de conversación en un entorno menos tenso facilita la apertura. Evitar pedir aumentos en medio de despidos o reestructuras internas ayuda a mejorar las posibilidades de éxito.
Presentar opciones alternativas. Si el incremento inmediato no es viable, proponer bonos, ajustes escalonados, capacitaciones o días libres muestra disposición a construir soluciones conjuntas.
Demostrar compromiso con el negocio. Enfocar la conversación en el valor que se aporta al equipo y a los objetivos de la empresa refuerza la negociación y desvía el foco de una postura individualista.
Tener un plan de desarrollo personal. Cuando las condiciones estructurales no mejoran, contar con un plan de carrera y evaluar otras opciones laborales es parte de cuidar el crecimiento a largo plazo.
Aún así… No todas las esperas tienen sentido. Ana Estrada, directora de Brújula Interior, advierte que si la crisis de una empresa es estructural o si pertenece a un sector en declive, insistir en permanecer podría llevar al estancamiento profesional. Evaluar nuevas oportunidades forma parte de una estrategia saludable de carrera, no de una falta de lealtad, recuerda Estrada. El dinamismo del mercado exige agilidad, incluso en tiempos de crisis. Moverse de empresa ha dejado de verse como una decisión arriesgada. Hoy, para muchos, representa un catalizador de crecimiento en un entorno laboral que premia la movilidad más que la permanencia.

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