Empresas consideran el acaparamiento ante guerra comercial

La acumulación de existencias es la respuesta refleja de las empresas a la imposición de aranceles, pero con los rápidos cambios de posición de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, las empresas se están dando cuenta de que esta vez no es tan sencillo.

Ya sea en el sector del lujo, la electrónica o el farmacéutico, la imprevisibilidad de Trump complica los cálculos de las empresas.

Algunas empresas no esperaron al anuncio de Trump del 2 de abril de imponer aranceles comerciales masivos “recíprocos”: ya habían empezado a enviar más de sus productos a Estados Unidos (EU).

Al final, Trump dio marcha atrás rápidamente en los aranceles “recíprocos”, pausándolos durante 90 días excepto para China.

De este modo, se mantenía el arancel global de 10%, así como los aranceles de 25% sobre el acero, el aluminio y los automóviles europeos.

La empresa francesa de cosméticos Clarins no lo dudó y aumentó sus envíos a EU a principios de año.

“Hemos acumulado existencias para tres meses, lo que representa 2 millones de dólares en mercancías”, declaró Lionel Uzan, responsable de las operaciones de Clarins en EU.

Con todos sus productos fabricados en Francia, Clarins tenía pocas opciones para mitigar los aranceles.

Almacenamiento discreto

Aunque no todas lo reconozcan tan abiertamente, empresas de muy diversos sectores están almacenando sus productos en EU.

En marzo, las exportaciones de relojes suizos a EU se dispararon casi 14% en comparación con el mismo mes del año pasado.

Más llamativo es el caso de Irlanda, que acoge a varias empresas farmacéuticas internacionales. Sus exportaciones a Estados Unidos se dispararon 210% en febrero, hasta casi 13,000 millones de euros, 90% de los cuales fueron productos farmacéuticos e ingredientes químicos.

Fermob, fabricante francés de muebles metálicos de jardín que vende alrededor del 10% de sus productos en EU, declaró que empezó a planificar los aranceles estadounidenses una vez conocido el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre.

Sin embargo, el almacenamiento no es una solución, afirman los analistas.

Matt Jochim, socio de la consultora McKinsey que ayuda a las empresas con problemas en la cadena de suministro, calificó el acaparamiento como una medida “oportunista de muy corto plazo”.

Dijo que la práctica tiene límites porque las tarifas cambian constantemente y no siempre es factible.

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