México enfrenta un brote grave de tosferina

Hasta la semana epidemiológica 15, que concluyó el pasado 12 de abril, en México se registraban 749 casos de tosferina, lo que representa un incremento de 62%, comparados con los 463 registrados durante todo 2024 y de 298%, si se compara con los 188 reportados en todo 2023. La evidencia demuestra que se trata de un brote grave y no se sabe si ya alcanzó su pico máximo.
El año pasado, a esta misma semana, eran apenas 24. Es decir, hoy hay 725 casos más.

Lo más preocupante es que, hasta ese 12 de abril, se habían reportado 45 defunciones por esa enfermedad y todas corresponden a menores de un año, sin antecedentes de vacunación (41 de ellos de menos de seis meses).
Eso representa una clara anomalía, si se considera que, a la misma fecha de 2024, no se registraban defunciones por esa causa a través del Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Tosferina.
Es más, en todo 2024 se reportaron 32 defunciones, lo que quiere decir que, en los primeros tres meses y medio de 2025, se han registrado 40.62% más casos que los ocurridos en los 12 meses de 2024.
De las 45 defunciones registradas, hasta el 12 de abril de 2025, 20 eran menores de dos meses; 16 de dos a tres meses; cinco de cuatro a cinco meses, uno de seis a siete meses y tres de entre ocho y 11 meses de edad.

De acuerdo con cifras de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, desde 2016 se registraba un comportamiento similar de esa enfermedad, hasta 2019, con un promedio de 900 casos confirmados por año; sin embargo, en 2020, a raíz de la pandemia por Covid-19, la vigilancia epidemiológica de tosferina disminuyó, registrándose un decremento en la notificación de casos.
Esa baja en la notificación se sostuvo hasta 2023, cuando se registraron 188 casos confirmados, con una incidencia de 0.14 casos por 100,000 habitantes, seguido de 463 casos confirmados en el año 2024, con una incidencia de 0.34 casos por 100,000 habitantes.

Los números indican que, hasta el 12 de abril de 2025, en México se reportaron 2,772 casos probables, de los cuales, 749 son confirmados, con una incidencia de 0.56 casos por cada 100,000 habitantes. Se desconoce si se están haciendo las pruebas suficientes.
Las defunciones se registraron en 15 entidades del país, de las cuales destacan Jalisco, con siete; Ciudad de México, siete; Chihuahua, cinco; Chiapas, cinco y Nuevo León, cuatro.

En 2024 las primeras señales del brote
El brote actual comenzó en 2024. En julio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica, en respuesta al incremento de los casos de tosferina a escala mundial y en algunos países de lo que el organismo internacional llama las américas.
Pidió a las naciones fortalecer la vigilancia y asegurar un seguimiento constante de las coberturas de vacunación infantil.
Los registros semanales dejan ver que, a partir de la semana epidemiológica 29, los casos prácticamente se habían mantenido en 10 o menos por semana. Solo las semanas 20, 25 y 26 habían reportado 16, 15 y 13 casos respectivamente.
Sin embargo, en la semana 30, que concluyó el 3 de agosto pasado, se reportaron 31. La semana que más casos se notificaron fue la 34, que concluyó el 31 de agosto. Luego, los reportes se mantuvieron por debajo de 15, hasta la semana 40, que concluyó el 12 de octubre y de ahí en adelante se mantuvieron debajo de 14, con dos picos, uno en la semana 45, que concluyó el 16 de noviembre, con 23 casos y la semana 49, que concluyó el 14 de diciembre con 22 casos.

El 26 de febrero, la Secretaría de Salud emitió un aviso epidemiológico ante el aumento de casos de tosferina y luego emitió otro el 11 de abril.
En ellos señaló que, “ante el descenso de las coberturas de vacunación registrados principalmente durante el periodo de la pandemia por Covid-19 y el aumento de casos de tosferina a nivel global, y en algunos países de la región de las Américas, en particular, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), emitió una alerta epidemiológica el 22 de julio del año 2024, alentando a los Estados miembros a fortalecer sus actividades de vigilancia y a mantener un monitoreo constante de las coberturas de vacunación en niños menores de un año y menores de cinco, con especial énfasis en la identificación de grupos poblacionales con inadecuados esquemas de vacunación”.
Recomendó fortalecer la vigilancia, a fin de controlar la carga de la enfermedad y evaluar el impacto de la estrategia de vacunación implementada en el país, así como la intensificar los esfuerzos de vigilancia en los niños menores de un año hospitalizados.
El factor vacunas
Para la jefa de servicios para la salud de la Universidad La Salle, Jessica González Lucas, el incremento en los casos de tosferina en el país se debe a diversas causas, “pero el factor principal es la escasez de vacunación que estamos enfrentando en la actualidad, no solamente en México, sino a nivel mundial”.
Destaca que no es por una falta de acceso a las vacunas, sino a una cultura de poca vacunación.
En ese sentido Carlos Alberto Pantoja Meléndez, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, coincide en que el brote es multifactorial y que el factor vacunas en insuficiente para explicar lo que está pasando, sobre todo porque, en los últimos años, los niveles de vacunación han sido altos. Además, algunos de los pacientes fallecidos incluso estaban vacunados.
Según la Asociación Mexicana de Vacunología, el esquema de vacunación completa contra la tosferina consiste en cinco dosis: tres en el primer año de vida (una en el segundo mes de nacido, en el mes cuatro y en el mes seis de edad), administrada en la vacuna combinada pentavalente o hexavalente. Luego una dosis de refuerzo a los 18 meses en la pentavalente; otra dosis a los seis años la DPaT.
En la preadolescencia se administra otra dosis a los 12 años también DPaT y se sugiere renovar la vacunación cada 10 años a toda la población.
Datos sobre Coberturas sectoriales de Vacunación de la Secretaría de Salud refieren que en 2019 la cobertura de hexavalente 3 en niños de menos de un año fue de 82.4%; en 2020, de 75.7%; en 2021, 78.0% en 2022, 83.3% y en 2023, 83.3%.
Jessica González Lucas, explica que la tosferina es prevenible; es una enfermedad respiratoria aguda, causada por la bacteria bordetella pertussis.
Es altamente contagiosa y sin estacionalidad, que afecta principalmente a menores de un año no inmunizados. Se transmite por contacto con secreciones respiratorias. Periodo de incubación: 6 a 20 días y, en ocasiones, hasta ocho semanas. Se le conoce también como la tos de los 100 días.
Su evolución clínica se divide en tres fases:
1.- Catarral (1 a 2 semanas). Sus síntomas leves como rinorrea, estornudos y febrícula. Es la fase más contagiosa.
2.- Paroxística (4 a 6 semanas), con ataques de tos intensa, nocturna, con cianosis, vómito y un estridor inspiratorio característico, generalmente sin fiebre.
3.-Convalecencia. Tos residual que disminuye gradualmente; el paciente ya no es contagioso.
Puede influir edad de mujeres al embarazarse
Pantoja Meléndez refiere que otra de las posibles causas que analizan los expertos es la edad de las mamás al embarazarse. Se tiene la idea de que actualmente las mujeres se embarazan a una edad más avanzada y eso podría ocasionar que la protección que pasan a sus hijos es menor que las mamás más jóvenes.
Destaca que son muchos los bebés que han fallecido por la enfermedad en tan poco tiempo durante este brote. No es normal y en muchos de los casos se debe a que llegan tarde a la atención especializada.
Por su parte, Jessica González Lucas expone que los recién nacidos y menores de seis meses son los más afectados y se debe a que su sistema inmune todavía no está desarrollado del todo. Su cuerpo se está adaptando a un entorno distinto al que tenía en útero y eso da como consecuencia que tengan un sistema débil y vulnerable al ambiente en que comienza su vida y las bacterias les afectan mucho más.
El especialista Pantoja Meléndez llama la atención en que también debe tomarse en cuenta que ninguna vacuna genera inmunidad totalmente y que siempre habrá una proporción de personas que no se inmunice y mantienen activa la transmisión.
Explica que también se analiza como posible causa del brote lo que llaman los expertos “deuda inmunológica”, que fue la que ocurrió debido al encierro obligado para contener la pandemia de Covid-19, y que trajo como consecuencia que los menores, al no tener contacto con otros niños no desarrollaron sus defensas.
Lo que se sabe es que hay las llamadas bolsas epidemiológicas susceptibles, que son personas que clínicamente no manifiestan alteraciones interesantes, pero están transmitiendo la enfermedad.
Lo preocupante es que puede seguir incrementándose el número de casos de tosferina, pues hasta ahora ha faltado el trabajo de campo para tener los elementos necesarios para hacer proyecciones sobre el comportamiento de la expansión de la enfermedad y saber si ya se alcanzó el pico más alto y se puede esperar que comience a descender el número de afectados.
De acuerdo con Pantoja Meléndez, las autoridades están actuando como se espera que actúen y se cuenta con los medicamentos para afrontar el problema, pero destaca que lo especializado es la atención cuando se trata de bebés en situación grave, porque requieren apoyo respiratorio, especialistas y la infraestructura hospitalaria adecuada.
Al respecto, Jessica González Lucas, llama a reforzar los estilos de vida saludable y los preventivos. “Me refiero a un adecuado lavado de manos, aislarse de personas que estén enfermas o si estás enfermo aislarte, acudir al médico de manera preventiva, higiene y vacunación.
Insiste en que la vacunación es la herramienta primordial y destacó que México cuenta con un excelente esquema de vacunación, tanto para menores como para adultos, para prevenir este tipo de enfermedades y cortar la cadena de transmisión.