Kinich: 32 años de sabor y sostenibilidad en el corazón de Yucatán

En cuanto uno cruza el umbral del restaurante Kinich, en el pueblo mágico de Izamal, el aire cambia: huele a recado rojo, a tortillas recién hechas, a tierra viva y a leña encendida. El crepitar de los fogones de piedra, el sabor profundo de un mucbipollo o de una cochinita pibil cocida en horno de tierra, y la calidez de un equipo que cocina con el alma, hacen de este lugar un refugio de la cocina yucateca más auténtica.
Kinich es un portal hacia las tradiciones mayas que aún laten en cada bocado. Desde 1993, este restaurante ha preservado y compartido las recetas, técnicas e ingredientes ancestrales con una devoción que trasciende lo culinario para convertirse en un acto cultural y espiritual. Platillos como los panuchos tradicionales, los salbutes de vegetales, la sopa de lima, y las empanadas de chaya con queso de bola forman parte de un menú que ha sido elogiado tanto por locales como por visitantes nacionales e internacionales.
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La cocina del cónclave papal: el camino a la “cena blanca”
Su cocina destaca por la frescura de sus ingredientes —todos libres de pesticidas, cosechados directamente de su huerto agroecológico— y por el uso de técnicas tradicionales como el pib, el molido en piedra y el trabajo artesanal de cada preparación. Esta devoción por la cocina de raíz ha convertido a Kinich en un referente gastronómico de México y en un modelo de sostenibilidad para la industria restaurantera.
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Huerto Kinich
Un referente de la cocina mexicana tradicional
Desde sus inicios, Kinich ha sido más que un restaurante: es un proyecto de rescate cultural. Con cada platillo busca preservar la memoria gastronómica del pueblo maya y transmitirla con fidelidad y respeto. Por ello, en 2015 recibió el reconocimiento del Conservatorio de la Gastronomía Mexicana y la UNESCO por su excelencia en el rescate y promoción de la cocina tradicional mexicana.
Durante 11 años consecutivos, ha sido incluido en la Guía México Gastronómico de Culinaria Mexicana, y desde 2022 ostenta el Distintivo de Empresa Socialmente Responsable (ESR), confirmando que su propuesta va mucho más allá del buen comer.
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Restaurante Kinich
El huerto como origen y destino: cocina circular
En marzo de 2022, Kinich dio un paso firme hacia la autosuficiencia y la sostenibilidad al inaugurar su Huerto Kinich, un espacio de media hectárea donde crecen más de 35 especies de vegetales, flores, frutos y árboles endémicos: achiote, chaya, albahaca morada, zacate limón, menta, epazote, maíz, frijolillo, calabaza, plátano y jengibre, entre muchas más.
Este huerto es el corazón verde del restaurante, donde se originan los Platillos Circulares, una iniciativa culinaria sin desperdicio en la que todos los ingredientes se utilizan al máximo, y los residuos orgánicos se transforman en composta. Así, cada platillo que llega a la mesa es parte de un ciclo de vida sostenible y regenerativo.
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Restaurante Kinich
Sostenibilidad reconocida: sin plástico y desperdicio
En 2024, Kinich fue incluido en el directorio de empresas libres de plásticos de Greenpeace México, gracias a su compromiso real y comprobable con la sostenibilidad. Desde filtros de ósmosis inversa para eliminar el uso de botellas de agua, hasta el reciclaje y transformación de residuos, pasando por paneles solares y proveedores 100% locales, Kinich ha logrado reducir su huella ambiental de manera ejemplar.
- 78.3% de sus residuos se transforman en composta
- 17% en bioles nutricionales
- 4.5% en composta tipo bokashi
- Más de 110,000 kg de CO₂ evitados con energía solar
- Reducción de huella de carbono de hasta 50% gracias a su red de proveedores locales
Una comunidad que cultiva futuro
La sostenibilidad en Kinich no solo es ecológica, también es social. El restaurante impulsa el desarrollo local con una política de proveedores regionales, fomenta una cultura laboral de respeto y crecimiento, y organiza jornadas como el Día Verde, donde su equipo convive, aprende y trabaja la tierra. Además, su huerto recibe a estudiantes, asociaciones y visitantes para compartir conocimientos agroecológicos y de cocina tradicional.
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