Uno de ellos podría ser el próximo papa: el cónclave ya se perfila

Uno de ellos podría ser el próximo papa: el cónclave ya se perfila

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El papa Francisco falleció la mañana del lunes en la residencia pontificia del Vaticano. Con su partida, se cierra una etapa marcada por reformas, gestos simbólicos y una fuerte presencia pastoral. La respuesta de quién sucederá a Francisco nacerá dentro de uno de los procesos más enigmáticos y simbólicos del mundo religioso: el Cónclave Papal . Aislados en la Capilla Sixtina, 138 cardenales menores de 80 años deberán elegir, a puerta cerrada, al próximo líder de la Iglesia .

El favorito: Parolin, el equilibrio entre continuidad y consenso


El evento no solo determinará quién portará la tiara papal, sino también qué dirección tomará la Iglesia en los próximos años. “La gran pregunta que tienen que resolver los cardenales ahora es si quieren un papa europeo o no”, explica Inés San Martín, vicepresidenta de Comunicación de las Obras Misionales Pontificias, en una entrevista con Infobae. El cónclave, del latín cum clave (“bajo llave”), es una tradición que data del siglo XIII. Tras la muerte de un papa, los cardenales electores se aíslan completamente del mundo exterior en la Capilla Sixtina, donde realizan votaciones secretas hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Cada jornada puede incluir hasta cuatro votaciones, y los resultados se comunican al público mediante señales de humo: negro si no hay decisión, blanco cuando se ha elegido un nuevo pontífice. Una vez elegido, el nuevo papa es presentado desde el balcón de la Basílica de San Pedro con la tradicional frase “Habemus Papam”.​ Aunque el voto es secreto y la elección siempre puede sorprender, varios nombres resuenan con fuerza entre los muros vaticanos, como el cardenal Pietro Parolin, quien es el favorito para suceder al papa argentino. Nacido en Schiavon, Italia, en 1955, Parolin fue ordenado sacerdote en 1980 y se formó como diplomático en la Academia Eclesiástica Pontificia. En 2013, fue nombrado Secretario de Estado del Vaticano, lo que lo convirtió en el segundo hombre más poderoso en la Santa Sede. Fue creado cardenal por Francisco en 2014 y promovido a cardenal obispo en 2018. Desempeñó un papel fundamental en negociaciones internacionales, incluida la firma del acuerdo entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de obispos. Es visto como un moderado pragmático, cercano al pensamiento de Francisco, pero con la suficiente experiencia como para navegar las tensiones dentro de la curia. Sus críticos, sin embargo, señalan su papel en escándalos financieros como el caso del edificio londinense del Vaticano, pero representa una apuesta por el equilibrio en un momento de tensiones internas y crecientes presiones externas sobre la Iglesia.

Conservadores: orden, tradición y resistencia a las reformas

Candidatos conservadores
Péter Erdő es un Arzobispo de Esztergom-Budapest y primado de Hungría desde 2003
Dominik Duka es un arzobispo emérito de Praga. Erdo fue nombrado cardenal por Juan Pablo II en 2003 y es conocido por su oposición a que los católicos divorciados o aquellos que se han vuelto a casar reciban la comunión.

Progresistas: impulsores de una Iglesia inclusiva

Candidatos progresistas
Luis Antonio Tagle, de 67 años, es un nombre recurrente cada vez que se habla de renovación. Como primer cardenal filipino, ha impulsado una Iglesia más inclusiva.
El italiano Matteo Zuppi, de 69 años, es un firme defensor del diálogo y la paz. Participó en misiones diplomáticas, incluso relacionadas con el conflicto en Ucrania.

Dentro del ala más conservadora del Colegio Cardenalicio, dos nombres sobresalen: Péter Erdő (72 años), arzobispo de Budapest, y Dominik Duka (81), arzobispo emérito de Praga. Erdő nació en Budapest en 1952, es arzobispo de Esztergom-Budapest desde 2002. Fue creado cardenal por Juan Pablo II en 2003. Teólogo y canonista y fue presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), cargo que le dio visibilidad continental. Es conocido por su firme defensa de la doctrina moral tradicional de la Iglesia, particularmente en lo que respecta al matrimonio y la familia, y ha sido crítico de algunas de las aperturas promovidas por Francisco. No obstante, su perfil diplomático lo llevó a mediar entre el papa Francisco y el primer ministro húngaro Viktor Orbán, lo que facilitó la visita papal a Hungría en 2023. Duka, por su parte, fue designado por Benedicto XVI en 2012 y es uno de los autores de las dubias, preguntas formales que buscan limitar o desafiar la autoridad papal. Estas fueron enviadas tras la aprobación de la comunión a divorciados por parte de Francisco. Aunque con 81 años ya no podrá votar en el cónclave. Fue prisionero político durante el comunismo, se destaca por sus posturas firmes contra el matrimonio igualitario y el aborto, así como por su defensa de la libertad religiosa en contextos seculares. Además de los candidatos, la influencia conservadora también se concentra en cardenales como el estadounidense Raymond Burke (76), el guineano Robert Sarah (79) y el alemán Gerhard Müller (77), todos conocidos opositores del difunto pontífice. Aunque sus posturas públicas disminuyen sus posibilidades de ser electos, su capacidad para influir en el cónclave sigue vigente. En conjunto, representan una corriente que busca frenar las reformas y reinstaurar una Iglesia más rígida, alineada con el auge de movimientos conservadores en la política global. Del lado progresista, uno de los nombres más fuertes es el cardenal filipino Luis Antonio Tagle , de 67 años. Nacido en Manila en 1957, fue arzobispo de esa ciudad entre 2011 y 2019, cuando fue nombrado prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Tagle fue creado cardenal por Benedicto XVI en 2012 y es considerado uno de los protegidos de Francisco, con quien comparte una visión pastoral centrada en los pobres y los marginados. Su carisma, cercanía con los jóvenes y dominio del inglés lo vuelven una figura con potencial global. Sin embargo, su origen asiático puede representar un obstáculo si el cónclave busca un perfil más cercano a Europa o Latinoamérica.

Candidatos emergentes de África, Asia y México

Otro candidato destacado es el cardenal italiano Matteo Zuppi, de 69 años. Nacido en Roma en 1955, fue nombrado arzobispo de Bolonia en 2015 y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana en 2022. Zuppi tiene una trayectoria ligada a la Comunidad de Sant’Egidio, conocida por su labor en mediaciones de paz, como la de Mozambique en los años 90. Fue enviado por el Vaticano como delegado de paz en Ucrania en 2023. Su estilo pastoral, su compromiso con la justicia social y su enfoque en una Iglesia sinodal lo convierten en una figura muy representativa del espíritu de Francisco. Entre los cardenales del sur global, destaca Fridolin Ambongo Besungu , de 65 años, arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo) desde 2018. Fue nombrado cardenal por Francisco en 2019. Franciscano capuchino, es una voz crítica contra la corrupción y la explotación de recursos en su país. Es presidente de la Conferencia Episcopal del Congo y aboga por una Iglesia más activa en defensa del medioambiente, alineado con la encíclica Laudato Si’. El nigeriano Peter Ebere Okpaleke , de 62 años, es obispo de Ekwulobia desde 2020. Su historia está marcada por la resistencia de la diócesis de Ahiara a aceptarlo como obispo, debido a tensiones étnicas, lo que llevó a su renuncia y posterior nombramiento en una nueva diócesis. Fue creado cardenal en 2022. Es visto como un hombre de reconciliación y profunda fe pastoral. El birmano Charles Maung Bo , de 76 años, es arzobispo de Yangon desde 2003 y fue creado cardenal en 2015. Es una voz profética en defensa de la democracia en Myanmar y contra la violencia de la junta militar. Fue presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia, y es muy respetado por su defensa de los derechos humanos. El cardenal Pierbattista Pizzaballa , de 60 años, patriarca latino de Jerusalén, es una de las figuras más cercanas al conflicto en Medio Oriente. Nacido en Italia, fue franciscano custodio de Tierra Santa y tiene décadas de experiencia en el diálogo con el islam y el judaísmo. Fue nombrado cardenal en 2023 y es activo defensor de la paz y la justicia en la región.

Entre los electores también figura el alemán Gerhard Ludwig Müller, de 77 años, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Nombrado cardenal en 2014, es considerado uno de los más vocales críticos del pontificado de Francisco. Carlos Aguiar Retes , de 75 años, arzobispo primado de México desde 2017. Fue creado cardenal por Francisco en 2016. Antes de llegar a la Arquidiócesis de México, fue arzobispo de Tlalnepantla y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Es considerado un moderado, cercano a las posturas pastorales de Francisco, y defensor del diálogo interreligioso y de una Iglesia más cercana a los pobres. Francisco Robles Ortega , de 76 años, arzobispo de Guadalajara desde 2012. Fue creado cardenal por Benedicto XVI en 2007. Presidió la Conferencia del Episcopado Mexicano y también el CELAM. Tiene una postura más conservadora que Aguiar, pero prioriza la necesidad de unidad en la Iglesia y de una reforma estructural interna.

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