La desigualdad patrimonial que afecta el bienestar de las mujeres en México

En México existe una brecha importante en materia de género respecto al acceso a la propiedad y la titularidad de la tierra, lo que afecta más a las mujeres, pues limitan su autonomía económica y su acceso a oportunidades de desarrollo, de acuerdo con el diagnóstico planteado en el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030.
Dentro del eje trasversal número 1 del documento, denominado Igualdad sustantiva y derechos de las mujeres, se destaca la necesidad de crear políticas públicas que faciliten a las mujeres el acceso a la propiedad de la tierra y la vivienda, así como la ampliación de esquemas de financiamiento y crédito que eliminen las barreras que han restringido su inclusión económica.
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“Es fundamental avanzar en la protección de sus derechos patrimoniales (de las mujeres) y en la promoción de mecanismos que les permitan heredar, administrar y disponer libremente de sus bienes. Mejorar las condiciones de vida de las mujeres y su acceso a recursos económicos y productivos no solo es una cuestión de justicia social, sino una estrategia clave para construir una sociedad más equitativa”, se puede leer en el documento.
De acuerdo con el documento publicado la tarde del pasado 15 de abril en el Diario Oficial de la Federación, la desigualdad patrimonial que afecta a las mujeres se refleja en dos sentidos:
- Exclusión en la titularidad de la tierra.
- Brecha en la propiedad de la vivienda.
Cifras del diagnóstico
Según cifras citadas en el documento, de las más de 5 millones de personas con calidad ejidataria, posesionaria, comunera o avecinada que poseen un certificado parcelario o de uso común vigente, sólo 27.7% son mujeres.
Asimismo, con cifras a noviembre del 2024, en los 15,393 núcleos agrarios con órganos de representación, sólo 23.88% de sus integrantes son mujeres.
“Este panorama refleja una exclusión histórica en la toma de decisiones sobre la tierra, la producción y los recursos naturales. Para revertir esta desigualdad, es necesario impulsar el reconocimiento de las mujeres como garantes de derechos agrarios, promoviendo su acceso a la titularidad de la tierra, fortaleciendo sus capacidades para su uso y aprovechamiento”, se puede leer en el documento.
La deuda en materia de vivienda
Respecto a la propiedad de una vivienda, las mujeres se encuentran rezagadas respecto a los hombres. Según cifras del Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores, en el 2021 sólo 34.9% de los hogares particulares estaba a nombre de mujeres.
Esta problemática también se refleja en el acceso a las mujeres a los productos y servicios del servicio financiero. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera del 2021, sólo 42.6% de las mujeres entre 18 y 70 años son titulares de una cuenta de ahorro formal, es decir 13.8 puntos porcentuales menos que los hombres.
Asimismo, a pesar de que las mujeres tienen mejores historiales de pago y tasas de morosidad más bajas, sólo 31.7% de las personas del sexo femenino tiene acceso al crédito formal, pues con “frecuencia carecen de activos o propiedades que puedan ofrecer como garantía”.
“Las consecuencias de esta desigualdad patrimonial afectan directamente la estabilidad económica y el bienestar de las mujeres”, se lee en el documento y añade que, como consecuencia, se estima que 42.2% de las mujeres mayores de 18 años experimentan estrés financiero, es decir, un estado de preocupación y ansiedad ante dificultades económicas.
En el documento se resalta la necesidad de mejorar las condiciones de vida de las mujeres y su acceso a recursos económicos y productivos.
“Es fundamental avanzar en la protección de sus derechos patrimoniales y en la promoción de mecanismos que les permitan heredar, administrar y disponer libremente de sus bienes”.
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