Un buen líder prioriza el bienestar, no sólo los resultados

El estrés laboral puede desencadenar enfermedades crónicas, como problemas cardíacos, trastornos digestivos, aumento de la tensión arterial y dolores de cabeza, de hecho, el 49% de los colaboradores siente tensión en su entorno laboral, de acuerdo con Affor Health. Ante este panorama, un liderazgo humanitario puede hacer la diferencia.

“Nunca se me ocurrió que la forma en que dirigía mi empresa afectaría la salud de las personas, ni su relación con la pareja o los hijos”, comentó Bob Chapman, CEO de Barry-Wehmiller durante su participación en TEC Business Summit 2025.

Detalló que se piensa que con brindar un buen sueldo es suficiente, pero en realidad se necesita cuidar a los colaboradores, porque la forma en que se dirige el negocio impacta la manera en que las personas regresan a su casa y tratan a su cónyuge, a sus hijos. “Tenemos mucho más que una responsabilidad económica”.

Un estudio de Gallup señala que la falta de compromiso en el 70% de los colaboradores se debe a un mal jefe y 65% preferiría que despidieran a su jefe en lugar de recibir un aumento salarial.

No nos enseñan a ser líderes

Bob Chapman puntualizó en que se necesita cuidar al talento, pero el liderazgo no es algo que se enseñe en las instituciones educativas.

Estudié contabilidad, hice un MBA en la Universidad de Michigan, tomé clases de administración, me gradué y conseguí un trabajo en gestión, pero no me enseñaron a ser líder, me enseñaron a ser gerente. Nunca me enseñaron a inspirar a las personas a mi cargo, ni a cuidar de ellas”.

La diferencia es radical, mientras los gerentes se apoyan en los trabajadores para cumplir objetivos, los líderes ven a las personas como parte de la familia, cuidan de su bienestar, se preocupan por sus intereses y crecimiento, y los ven como necesarios para el éxito de la compañía.

“Los líderes tienen la responsabilidad de brindarle a las personas de su organización una sólida esperanza para el futuro, que puedan confiar en ti, que puedan decidir casarse, tener hijos, comprar una casa, porque pueden contar contigo y con el negocio”.

Colaboradores, motor de las organizaciones

Bob Chapman hizo una analogía con los autos, por ejemplo, si Ferrari diseña un vehículo de alto rendimiento y le ponen combustible correrá, y lo hará bien, pero si le ponen combustible premium este rendirá al máximo. En las organizaciones, el combustible premium son los colaboradores, los que hacen que el modelo de negocio alcance el potencial.

“Sin embargo, la cultura no puede mitigar un problema o desafío en el modelo de negocio, por lo tanto, la responsabilidad fundamental del liderazgo es asegurarse de tener un motor que funcione y que la cultura le permita desarrollar todo su potencial”.

Es decir, el propósito de los líderes es cuidar de su gente y fomentar su propósito, sólo así se sentirán inspirados y parte de la organización.

Líderes que inspiran

Bob Chapman también recordó una reflexión que tuvo con su esposa un domingo, al salir de la iglesia, cuando se dio cuenta que el mentor espiritual los inspiraba con poco tiempo y las organizaciones tienen más tiempo para poder inspirar a la gente.

“Al salir de la iglesia dije: ‘nuestra iglesia solo nos tiene una hora a la semana, nosotros tenemos gente a nuestro cuidado durante 40 horas’. Eso fue revelador para mí”. Esto significa que los negocios son una fuerza poderosa para inspirar a los colaboradores, pero se necesita cuidar de su bienestar.

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