¿Seguirá el mundo comprando bonos del Tesoro estadounidense?

Este sistema pareció inexpugnable durante mucho tiempo. Pero comienzan a aparecer grietas. Entre septiembre de 2024 y enero de este año, los tipos de interés de los bonos del Tesoro a 10 años subieron 100 puntos básicos, incluso cuando la Reserva Federal estadounidense recortó los tipos de interés a corto plazo en la misma proporción. Los economistas Rashad Ahmed y Alessandro Rebucci atribuyen estos acontecimientos -que denominan un “enigma inverso”- a la disminución de la demanda oficial extranjera de activos seguros denominados en dólares, impulsada por la creciente preocupación por las sanciones y la congelación de activos impuestas por Estados Unidos.

Esta tendencia es especialmente notable en China, el segundo mayor tenedor extranjero de deuda estadounidense después de Japón. A medida que el superávit comercial de China con Estados Unidos se ha reducido, su estrategia de inversión internacional ha cambiado. En lugar de acumular bonos del Tesoro, se ha diversificado hacia otros activos denominados en dólares, como las inversiones directas en acciones (30.6% del total de activos externos en 2024) y los instrumentos de deuda (25%).

Como resultado, las tenencias de bonos del Tesoro de China han disminuido en aproximadamente 550,000 millones de dólares desde su máximo de 2011, situándose en su nivel más bajo desde 2009. Además, las tenencias de deuda soberana estadounidense por parte de inversores chinos se redujeron a tan solo 759,000 millones de dólares en 2024, frente a los 1.27 billones de dólares de 2015. Las reservas totales de divisas de China también han disminuido, pasando de 3.8 billones de dólares en 2014 a 3.2 billones de dólares en la actualidad.

Europa está recuperando terreno discretamente. Las tenencias de bonos del Tesoro estadounidense por parte del Reino Unido, que sumaban tan solo 207,000 millones de dólares hace una década, se han más que triplicado, alcanzando alrededor de 740,000 millones de dólares a principios de 2025. Asimismo, las tenencias de los países de la UE aumentaron de 931,000 millones de dólares a más de 1.5 billones de dólares durante el mismo período.

Es probable que la mayor parte de este aumento de la demanda provenga de inversores privados que buscan mayores rendimientos. Sin embargo, para los países fuera del círculo de aliados de Estados Unidos, que se reduce rápidamente, mantener deuda estadounidense se está volviendo menos atractivo. Si bien el mercado de bonos del Tesoro y el dólar estadounidense se han mantenido relativamente bien hasta ahora, nuevas reducciones en las tenencias de deuda estadounidense de los países podrían impulsar al alza los rendimientos de los bonos del Tesoro, debilitar el dólar y amenazar la estabilidad del sistema financiero internacional. Si los inversores globales abandonan por completo la deuda soberana estadounidense, la posición del dólar como principal moneda de reserva mundial se vería comprometida (aunque podría seguir utilizándose en las transacciones comerciales internacionales).

Sin embargo, por ahora, este escenario parece improbable que se materialice. Mantener una reserva del principal activo de reserva mundial sigue siendo una propuesta atractiva, y se vuelve aún más atractiva a medida que los países liquidan bonos del Tesoro y aumentan las tasas de interés estadounidenses, lo que contribuye a reducir el déficit comercial estadounidense y mejora las perspectivas a largo plazo del dólar. A medida que el dólar se aprecia y los rendimientos de los bonos del Tesoro aumentan, el costo de oportunidad de mantener bonos del Tesoro disminuye, haciéndolos más atractivos para los inversores.

En otras palabras, la reducción de las tenencias de bonos del Tesoro de los países está sujeta a una dinámica de autocorrección, que limita la magnitud de cualquier liquidación. Esto significa que es más probable que los inversores extranjeros ajusten sus tenencias gradualmente, en lugar de apresurarse a salir. Por lo tanto, si bien las tenencias extranjeras de bonos del Tesoro estadounidense podrían disminuir, los temores a un colapso inminente de la demanda de este tipo de bonos probablemente no estén justificados.

Si bien el costo de un rápido alejamiento global del dólar es extremadamente alto, esto no significa que la primacía global del dólar sea invulnerable. China está promoviendo activamente el uso internacional del renminbi, y tanto China como la eurozona se muestran cada vez más recelosos de una dependencia excesiva del sistema financiero estadounidense, con los consiguientes riesgos geopolíticos. Sin embargo, insistimos en que cualquier reorientación hacia una economía que abandone el dólar no se producirá rápidamente, y mucho menos de forma abrupta.

No obstante, las circunstancias podrían cambiar. Mientras el dólar estadounidense siga siendo la moneda internacional dominante -facilitando el comercio y los flujos financieros transfronterizos y sirviendo como el principal activo de reserva de los países-, la rentabilidad que ofrece mantener activos denominados en dólares probablemente evitará una liquidación masiva. No obstante, esta estabilidad presupone que las instituciones estadounidenses se mantengan lo suficientemente sólidas y creíbles como para preservar la confianza en los bonos del Tesoro. En un momento de creciente incertidumbre política e institucional, esto no es algo inevitable.

La autora

Paola Subacchi es profesora y catedrática de Deuda Soberana en Sciences Po.

El autor

Paul van den Noord es miembro afiliado de la Amsterdam School of Economics de la Universidad de Ámsterdam.

Copyright: Project Syndicate, 1995 – 2025

www.project- syndicate.org

admin