Sector financiero. ¿Es el análisis fundamental mejor que el análisis técnico?

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La mayoría de los trabajadores del sector financiero, más del sector bursátil, llegamos atraídos por esas hermosas y llamativas gráficas de velas y el monitor de compra y venta que cambia entre verde y rojo con los movimientos del mercado. Y vaya que son hermosas, pero cuando ya estás dentro de ese mundo te dicen “ni veas la gráfica”, te ponen una base de datos con filas y filas de indicadores, con columnas interminables de datos históricos y fórmulas a veces muy complicadas y te dicen “aquí está el verdadero valor”. No significa que pierdas el interés, pero entras en el debate: ¿es el análisis fundamental mejor que el análisis técnico?

Es prácticamente indiscutible que las inversiones fundamentales son las verdaderamente redituables en el largo plazo. Formar una cartera de activos con base en sólidos supuestos económicos, proyecciones de tendencia por modelo de negocio y modelos de valuación sofisticados en donde encuentras la generación de valor de una empresa, y que el mercado lo reconozca, es la utopía bursátil. Sin embargo, los clientes nunca están tranquilos con tus argumentos, ellos ven la gráfica y se asustan o se alegran sin entender realmente lo que sucede en el proceso; por lo cual, yo creo que es necesario también ser un analista técnico, acompañando tus fundamentales con indicadores y osciladores para darle al cliente mayor tranquilidad, explicando, con una herramienta visual y fácil de entender, todo lo que refleja la gráfica. Porque cuando ya tenemos nuestros activos seleccionados, que ya hicimos la valuación por un eficiente modelo de flujos descontados y un análisis riesgo-rendimiento con un optimizador ajustado, y presentamos nuestra tesis de inversión, es el momento de voltear a la gráfica. Ya que es en ese momento donde aplicamos el análisis técnico, para detectar simples soportes, resistencias y tendencias, y decidir si es el momento correcto de entrar o no, porque las gráficas cuentan las historias que no siempre nos cuentan en la parte fundamental. Es más fácil explicarle al cliente que nuestra acción estrella está en un canal bajista por un motivo externo, como podría ser la aversión al riesgo por la Guerra en Ucrania o por temas políticos, pero que los fundamentales de la empresa permitirán que respete un soporte clave en un nivel específico, y que tarde o temprano volverá a su valor intrínseco. Por el contrario, si el cliente entró en un activo de alto riesgo y que nosotros vemos una valuación encarecida, el análisis técnico nos permitirá decirle que ese activo alcanzará un techo en determinado nivel, esperando que la tendencia alcista puede agotarse pronto, y que si los fundamentales lo permiten, podríamos recomendar paciencia mientras se da dicha corrección, o por el contrario, evitar una caída más drástica que una corrección. Esos son usos básicos del análisis técnico que acompaña al análisis fundamental. Pero las aplicaciones no terminan ahí, ya que se pueden detectar activos líquidos, ya que es una condición clave para reflejar el sentimiento del mercado. También nos permitirá tomar decisiones rápidas en condiciones de volatilidad, localizar señales de cambios de tendencia, momentos de entrada y salida de activos y correlación entre activos.

Cabe aclarar que el análisis técnico no es para todo el mundo, ya que las decisiones de inversión solo con este tipo de análisis son para inversionistas con un perfil agresivo, es decir, que están dispuestos a soportar un mayor nivel de riesgo. Al final del día, creo que como analistas debemos tener ambas herramientas presentes en nuestro día a día, el mundo financiero es muy complejo y entre más herramientas tengas en tu mochila, más fácil será el viaje. ____ Nota del editor: Ariel Méndez Velázquez es analista bursátil en Grupo Financiero B×+, economista de la UNAM y basquetbolista amateur. Nacida en Guanajuato con la visión conservadora, pero adaptándome a la vida centennial. A veces el progreso no se distingue en el día a día, sino hasta que volteas hacia atrás y solo hasta que te enfrentas a un nuevo reto sabrás cuánto te falta por avanzar. Síguela en LinkedIn. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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