Consideraciones críticas en la agenda del Consejo de Administración para 2025
<![CDATA[
El entorno empresarial es cada vez más complejo, pues presenta nuevos desafíos cada año. Por ejemplo, actualmente estamos siendo testigos de la aparición de diferentes eventos disruptivos y simultáneos, como los cambios políticos en distintos países, las repercusiones de algunas políticas públicas, las interrupciones en las cadenas de suministro, los efectos de la inflación y las variaciones en las tasas de interés, así como la creciente importancia de la ciber resiliencia en un mundo digitalizado.
En este contexto, es fundamental reconocer el valioso aporte de las y los integrantes independientes de los consejos de administración, ya que su contribución es esencial para ayudar a las organizaciones a fortalecer su respuesta ante los diversos retos. En específico, estos especialistas no solo son capaces de aportar una visión fresca y profesional, sino también de generar valor a corto, mediano y largo plazo. Por esta razón, las organizaciones deben colaborar estrechamente con todas las personas que componen su Consejo de Administración, definiendo en conjunto las dinámicas y temas prioritarios para 2025. Comencemos por reconocer que la complejidad actual continuará y por lo tanto es necesario reconocer los retos que enfrentarán las organizaciones, tanto aquellos ya identificados como los que puedan surgir, tales como la desinformación, la polarización y los diferentes eventos que generan volatilidad e incertidumbre. Para conseguirlo, es fundamental establecer una interacción frecuente, efectiva y oportuna entre el Consejo y la Alta Dirección, a fin de revisar las estrategias y posibles impactos. En este sentido, las y los integrantes independientes de este importante órgano de gobierno deben fomentar conversaciones que apoyen a la creación de procesos para identificar los sucesos que pueden afectar a la compañía, así como definir estrategias para enfrentarlos. Este año, especialmente, presenta un desafío adicional para México, ya que un cambio en la administración del país conlleva, usualmente, la implementación de nuevas políticas públicas y regulaciones, por lo que los consejos de administración deben apoyar a sus compañías en la definición de sistemas de alerta temprana, además de cuestionar la adopción de tecnologías de la información como herramientas clave que ayuden a garantizar el cumplimiento regulatorio, incluyendo las normativas fiscales. Al respecto, es un hecho que las autoridades están utilizando cada vez más tecnologías para agilizar los procesos fiscales; Perspectivas de la Alta Dirección en México 2025, por ejemplo, señala que las organizaciones planean destinar entre 2% y 10% de sus ingresos en iniciativas de innovación; la mitad (47%) invertirá en inteligencia artificial (IA) e inteligencia artificial generativa (IAGen), lo que convierte este tema en una prioridad para el Consejo de Administración. Por ello, es vital que consejeras y consejeros independientes se familiaricen con los planes de experimentación y despliegue de tecnologías, así como cuestionar cualquier decisión relacionada, a fin de evitar que sus empresas pierdan relevancia en el mercado al no lograr una implementación oportuna. Lo anterior ilustra cómo la adopción de tecnologías emergentes conlleva, además de diversos beneficios, una serie de riesgos significativos que deben gestionarse de manera adecuada, siendo los ataques cibernéticos una de las principales amenazas; dado el incremento identificado en la frecuencia y sofisticación de los ataques, mantenerse alerta es esencial, abordando de forma crítica, puntual y recurrente las implicaciones, así como evaluando la posible incorporación de especialistas independientes capaces de aportar su experiencia en la materia. Prestar atención a los riesgos no solo mitigará pérdidas económicas, sino que también evitará que la reputación de las organizaciones se vea erosionada.
Por otro lado, pese a los recientes debates en torno a temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), las expectativas de inversionistas, calificadoras, instituciones financieras, activistas, entidades reguladoras y colaboradores demandan mantenerlos como un punto prioritario en la agenda. El nivel de compromiso que expresan las empresas con estos criterios debe reflejarse desde el Consejo de Administración, así como el apoyo de análisis relacionados. Identificar los riesgos y cuestiones materiales más relevantes en relación con este tipo de temáticas es un ejercicio que cada compañía en particular debe realizar; sin embargo, existen desafíos comunes, tales como el estrés hídrico, la transición energética, el apoyo a comunidades vulnerables y los temas de diversidad, equidad e inclusión (DEI); estos últimos deben abordarse de manera integral, considerando que la organización debe promover diversidad de habilidades, experiencias, edades, industrias, perfiles y pensamiento. Además, es crucial poner especial atención en aquellos programas que fomentan la participación de mujeres en igualdad de condiciones, especialmente en posiciones de Alta Dirección. En resumen, la identificación y gestión de los temas clave en 2025 es una labor que el Consejo de Administración debe realizar en conjunto con consejeras y consejeros independientes, así como con integrantes de la Alta Dirección. Determinar los asuntos más relevantes permitirá desarrollar agendas integrales y mantener una comunicación abierta para atenderlos eficazmente. ____ Nota del editor: Ricardo Delfín es Socio Líder de Clientes y Mercado para KPMG en México y Centroamérica. Síguelo en LinkedIn. Las ideas y opiniones expresadas en este escrito son de quien firma el artículo y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión.
]]>