La convergencia financiera definirá la relación entre los bancos y las fintech
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Hace poco leí un informe del BAI, donde se señala que a nivel global el 79% de los millennials abrió una cuenta de forma online. Y el trasfondo no es menor: comisiones más bajas, servicio las 24 horas, los 365 días del año, la transparencia en la información, y la posibilidad de abrir una cuenta de forma más ágil y fácil que en un banco tradicional fueron clave en el crecimiento de las fintech.
Pero en este escenario existía otro jugador clave que llevaba años instalado: los bancos, entidades que hasta la llegada de estas startups, su modelo de negocio era todo lo que conocíamos y podíamos llegar a imitar. Sin embargo, cuando comenzó a presentarse una mayor disputa en la principalidad de cuenta a partir de nuevas propuestas de las fintech, los usuarios comenzaron a usar más de una cuenta. En este punto, los bancos entendieron que debían adaptarse a otro tipo de reglas del juego y pensar más “digitalmente”. Actualizaciones en el home banking como el pago de nuevos servicios o la posibilidad de invertir y comprar monedas extranjeras, les permitió atender las exigencias del usuario, recuperando parte del espacio que habían perdido. Esta aceptación e integración, nos habla de un fenómeno denominado “convergencia financiera ”, en donde ambos players se acercan y buscan lograr lo que el otro tiene: en el caso de las fintech es tener acceso a los depósitos de las personas a través de la red de efectivo creada, continuar creciendo, ser reconocidas como instituciones bancarias frente a los diferentes organismos (como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en México) e integrar a los no bancarizados. En México, ya estamos viendo que compañías como Revolut, Mercado Pago, Nu México, entre otras solicitaron el permiso correspondiente para dar el siguiente paso en la revolución de pagos digitales y navegar este nuevo camino. Por su parte, los bancos aspiran a lograr velocidad y agilidad en el desarrollo de soluciones, crear productos a bajo costo, y conseguir hablarle al cliente de manera más cercana y moderna, siempre poniendo el foco en la experiencia del usuario, un detalle que durante muchos años dejaron de prestarle atención hasta la llegada de las startups financieras. Con esta tendencia que comienza a pisar fuerte, si tuviera que desarrollar una hipótesis de lo que se viene diría que en poco tiempo (incluso ahora se está dando) veremos un mercado en donde las fronteras entre las fintech y los bancos serán difusas, la reconversión de un modelo a otro será moneda corriente y en el que habrá muchos más puntos de contacto, fusiones y trabajo en ecosistema.
En síntesis, en la unión está la fuerza para mejorar la oferta de productos, servicios y procesos de bancos y fintech y promover una verdadera inclusión financiera para toda nuestra comunidad. ____ Nota del editor: Tomás Mindlin es CEO de tapi. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión
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