Trump y Bukele refuerzan alianza migratoria entre elogios y mano dura

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El presidente salvadoreño Nayib Bukele fue recibido este lunes en el Despacho Oval por Donald Trump en lo que se convirtió en la reunión más distendida del segundo mandato del republicano. Desde el inicio, la sintonía entre ambos fue evidente. “Tenemos muchas ganas de ayudar”, dijo Bukele frente a un Trump visiblemente complacido, quien respondió: “Nos están ayudando. Se lo agradecemos”.

“No tengo el poder”

La cooperación entre ambos gobiernos se intensificó especialmente en materia migratoria. El Salvador recibe a cientos de migrantes deportados por Estados Unidos, muchos de ellos enviados a una megacárcel de alta seguridad, bajo el argumento de que pertenecen a pandillas, aunque algunas de las acusaciones no se acompañan de pruebas. “De hecho, señor presidente, tiene que liberar a 350 millones de estadounidenses de los delincuentes pero para ello tiene que encarcelar a algunos. Así es como funciona, ¿no?”, afirmó Bukele, en línea con el discurso de mano dura que ambos mandatarios comparten. La Casa Blanca justifica estas deportaciones invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, un instrumento legal que históricamente solo se utilizó en tiempos de guerra. Según la administración estadounidense, el primer grupo enviado a El Salvador, con más de 200 personas, implicó un pago de seis millones de dólares. El último grupo, compuesto por diez migrantes, fue trasladado el fin de semana anterior. Consultado sobre si enviará más personas bajo este esquema, Trump respondió: “Tantos como sea posible”. Incluso deslizó la posibilidad de expulsar ciudadanos estadounidenses: “Estoy a favor, porque podemos hacer cosas con el presidente por menos dinero y tener una gran seguridad. Y tenemos una enorme población carcelaria”. Uno de los temas más delicados durante el encuentro fue el del migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García , deportado por “error” , según reconoció el gobierno estadounidense. La justicia ya solicitó su retorno, pero la Casa Blanca se niega a facilitarlo. “Ningún tribunal de Estados Unidos tiene derecho a dirigir la política exterior de Estados Unidos. Es así de simple, fin de la historia”, zanjó el jefe de la diplomacia Marco Rubio , presente en la reunión, junto con la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, y la fiscal general, Pam Bondi . Al ser cuestionado por periodistas, Bukele respondió: “¿Cómo puedo enviarlo de vuelta a Estados Unidos? ¿Como si lo hiciera entrar clandestinamente en Estados Unidos? (…) No tengo el poder de enviarlo de vuelta a Estados Unidos”.

“Parece un adolescente”

Pese a la dureza de las medidas, El Salvador recibe guiños por parte de Washington. A diferencia de otros países de la región, el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los salvadoreños sigue vigente, a pesar de que este mecanismo está destinado a personas que no pueden regresar a su país de forma segura. Según el gobierno estadounidense, El Salvador es hoy “ultraseguro”. Este mismo mes, el Departamento de Estado actualizó su evaluación de seguridad y movió al país centroamericano del nivel 2 —que compartía con naciones como España o Francia— al nivel 1, la mejor calificación posible. Esta decisión es interpretada como un impulso para atraer turismo internacional y reforzar los lazos económicos. Más allá de los acuerdos, la reunión también tuvo espacio para halagos personales. Trump se refirió a Bukele como alguien a quien conoce desde hace tiempo y dijo estar impresionado desde sus primeros encuentros: “Lo conozco desde que era muy joven, como dije, muy, muy joven. Y me impresionó. Dije, mira a este tipo. De hecho, parece un adolescente”. Bukele se convirtió en el primer presidente latinoamericano recibido en el Despacho Oval durante el segundo mandato de Trump. Otros líderes han sido recibidos en Mar-a-Lago, la residencia privada del expresidente en Florida. La visita ocurre en un contexto de fuerte presión arancelaria por parte de Washington. El Salvador no quedó exento del “huracán arancelario” de Trump y paga un 10% mínimo universal a sus exportaciones, una medida adoptada por EU para reducir su déficit comercial, mejorar sus finanzas públicas y fomentar la relocalización industrial. Estados Unidos es el principal socio comercial de El Salvador, sobre todo en sectores como el textil, los condensadores eléctricos, el azúcar y el café, de acuerdo con el Banco Central salvadoreño. Además, unos 2,5 millones de salvadoreños viven en EU y envían remesas que representan un pilar económico para el país. En 2024, estas remesas alcanzaron los 8.480 millones de dólares, lo que equivale al 23% del Producto Interno Bruto nacional.

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