El Gobierno de Starmer eleva la tensión con China al asumir el control de la planta de acero de Scunthorpe
Hace cinco años, en marzo de 2020, el Gobierno del Reino Unido decidió que el mejor modo de salvar de la quiebra a un gigante histórico como British Steel, que había producido acero durante 300 años y ayudado a impulsar la revolución industrial, era venderlo a Jingye Group, una compañía china. “El sonido del trabajo del acero lleva largo tiempo resonando a lo largo de Yorkshire, Humber y el Noroeste de Inglaterra”, proclamó el entonces primer ministro, Boris Johnson, con su habitual tendencia a enfatizar de un modo poético el asunto más ordinario. “Bajo el liderazgo de Jingye, seguiremos oyendo ese sonido durante décadas”, anunciaba Johnson.