Industria petrolera depende de la colaboración, coinciden gobierno e IP

Industria petrolera depende de la colaboración, coinciden gobierno e IP

La Secretaría de Energía y la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi) expresaron que sólo existe una ruta para que la industria petrolera en México se convierta en el motor que la economía requiere y es la colaboración entre el gobierno y privados, en el intercambio sostenido este jueves en la décima edición de la Convención Nacional Petrolera organizada en la Ciudad de México por el organismo que agrupa a las grandes operadoras privadas en materia petrolera, donde al fin tuvieron participación representantes del gobierno, luego de los últimos años en que se había mantenido una separación.  

“Reconocemos que el diálogo entre el Estado y la iniciativa privada es necesario para poder asegurar que, mediante esfuerzos coordinados y conjuntos, caminemos hacia un objetivo de crecimiento económico nacional con una ruta de planeación de largo plazo, reglas claras y un entorno de certidumbre en beneficio de todas y todos los mexicanos”, dijo en su conferencia magistral Juan José Vidal Amaro, subsecretario de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía.

El titular de la dirección que ahora absorbe las funciones de regulador de las actividades upstream de la industria (lo que antes hacía la Comisión Nacional de Hidrocarburos) aseguró que si bien se celebran 10 años de la apertura del sector, ésta se hizo de una forma precipitada reduciendo las facultades y potencial del Estado y sin dar los incentivos adecuados para que llegaran las inversiones privadas que se esperaban.

Después de varios años en que no había participación de funcionarios en eventos de privados, la titular de Energía, Luz Elena González, envió un video felicitando a la industria por una década de trabajos y se puso a disposición de las empresas para que consideren a la Secretaría de Energía como un aliado en la ejecución de sus proyectos. Al respecto, Vidal Amaro explicó que al llegar la presente administración se realizó un diagnóstico profundo para “corregir los errores del pasado y construir un nuevo modelo basado en el interés colectivo, el bien común y el desarrollo con prosperidad compartida”.

En el nuevo marco legal que rige hoy al país, el Estado es el rector de la industria energética, dijo, pero asumir la rectoría no significa avanzar en solitario sino de construir una coordinación entre lo público y lo privado, reconociendo la importancia de la participación empresarial bajo criterios de responsabilidad compartida, reglas claras y procesos con certidumbre jurídica.

Así, se refirió a los contratos mixtos que Petróleos Mexicanos (Pemex) asignará luego de concursos competitivos a empresas que cuenten con capital y experiencia para aportar a los trabajos de la estatal que tendrá una participación de 40% en cada asociación que se realice.

Y detalló las metas del Estado: se restituirán las reservas para tener al menos 10 años de consumo; la inversión en esta actividad alcanzará 220,000 millones de pesos y se realizarán trabajos en cerca de 38,000 kilómetros cuadrados, con estudios y reprocesamientos sísmicos, por lo menos en seis proyectos estratégicos.

También se mantendrá una producción de 1.8 millones de barriles diarios de hidrocarburos líquidos y a lo largo del sexenio, se tienen programados 1.6 billones de pesos en inversión para llevar a cabo más de 2,000 perforaciones y 1,300 reparaciones mayores, y se tienen proyectos de producción estratégicos como Trión, Lakach, Ixachi, Zama y Yakche, entre los principales nuevos yacimientos a desarrollar en el litoral somero y profundo.

Amexhi busca coadyuvar

En el mismo evento, Alberto de la Fuente, presidente de la Amexhi, realizó un recuento de lo que se ha logrado gracias a los contratos otorgados a empresas privadas petroleras en una década en México.

Se realizaron 21 descubrimientos de nuevos campos, se añadieron 2,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente con lo que se incrementó en seis veces el volumen de reservas en los yacimientos que fueron adjudicados mediante contratos; se logró la perforación de 99 pozos y se han invertido 40,000 millones de dólares hasta marzo de 2025, en que la producción de estos contratos asciende a 88,000 barriles diarios de aceite y 14 millones de pies cúbicos de gas.

“No podemos permitirnos bajar el ritmo. El éxito es un trampolín, no un sillón donde sentarse a descansar”, dijo, “se requiere trabajo coordinado entre autoridades, industria y sociedad”.

Para lograr los objetivos tanto del Estado en el nuevo marco legal, como de cada empresa que llega al país o ha permanecido a lo largo de una década, es necesario encontrar los incentivos correctos con reglas de operación claras. Para ello, es crucial que el plan energético considere todas las alternativas posibles.

“Necesitamos aprovechar la voluntad de las empresas hoy”, aseguró el también directivo de Shell en México.

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